"El sexo, las drogas y el crimen son formas perfectamente legítimas para mantenerte con vida si eres tratado como un ente sin personalidad". El reportero Antoine D'Agata (Marsella-Francia, 1961) pronunció el radical enunciado hace dos años. El titular de la una entrevista de la que procede resume las cuatro obsesiones que hasta ahora habia cultivado el sin discusión más excesivo de los miembros de la agencia Magnum: "Fear, Desire, Drugs and Fucking" ("Miedo, deseo, drogas y follar").

Las fotos de D'Agata, en el límite entre la denuncia, la provocación, el voyeurismo y la pornografía, nunca admitieron la neutralidad. Su vida nomádica tenía los mismos escenarios y valores que mostraban las imágenes: burdeles, insomnio, callejones, fiebre sexual, cuchitriles, disipación, consumo de opiáceos... Aseguraba que "la noche, el sexo y la búsqueda" son "inseparables de la práctica de la fotografía" porque sólo estando en riesgo, enfermo de deseo y abstinencia es posible "explorarse en profundidad" y con la decencia, que es entendida por muchos como indecencia, de "no adoptar posturas morales ni formular juicios".

Este hombre que hace bien poco definía la fotografía como "un viaje al punto de fuga del orgasmo y la muerte", protagoniza una reivención radical en su último proyecto, Odysseia, un viaje multimedia por la "masacre" que la Unión Europea está llevando a término, en opinión del fotógrafo, entre los inmigrantes ilegales africanos que buscan refugio al otro lado del Mediterráneo.

El proyecto, que tiene una muy bien diseñada e impactante versión en línea —que, por desgracia, sólo admite la navegación en dos idiomas: francés y alemán—, también se puede ver en forma de exposición, hasta el 23 de septiembre, en el Musée des Civilisations de l'Europe et de la Mediterranée (MUCEM), de Marsella, dentro de la programación de la capitalidad europea de la cultura de este año.

Compuesta por cinco vídeos, textos, testimonios orales y fotografías —"desconfío de la fotografía tanto como del vídeo y de la escritura, siento un desgaste, impotencia y humildad", ha explicado D'Agata para justificar esta aproximacón multimedia—, la odisea que se muestra, como la de Ulises, es un "viaje sin fin en ambas orillas del Mediterráneo", el de los inmigrantes que intentan entrar, casi siempre en vano, en el terreno aparentemente seguro y hospitalario de la UE.

Trabajando sobre el terreno durante casi dos años, el reportero recogió material en Marruecos, Túnez, Libia, España, Grecia e Italia sobre las condiciones de miseria extrema en que viven las personas que sueñan con una odisea reparadora y la manera en que la UE los recibe. Recogió material documental de refugiados afganos e iraquíes que han logrado llegar a Grecia en condiciones extremas y dignas de epopeya —descalzos, hambrientos, con extremidades congeladas...—, de subsaharianos que esperan dar el salto hacia España tras una penosa travesía de miles de kilómetros, de libios que deseaban escapar de la guerra civil desatada tras la revuelta contra Gadafi...

D'Agata afirma que se planteó más de una vez la "utilidad" de su presencia, pero que siguió adelante para plantear la "responsabilidad" de los europeos. "Fotografié a gente muriendo para mostrar a los que dejamos morir. En un primer momento cuestioné mi trabajo e impotencia, no sabía qué hacer con todo aquel horrible material, pero poco a poco me di cuenta de que tenía que hacer una exposición sobre la responsabilidad, sin juzgar... Los hechos y lo que estamos haciendo están ahí".

El fotógrafo opina que Europa ha dejado que "el silencio y la falta de interés" nublen la realidad de la crisis de la inmigración ilegal. La UE y sus habitantes deben dejar de "hacer la vista gorda" ante la tragedia de "muerte y hambre" a la que está "condenando" a quienes buscan refugio de la guerra y la miseria. La palabra "masacre" le parece la más adecuada para definir la situación.

Odysseia pone sobre la mesa cuestiones como las funestas consecuencias de "la mercantilización de las fronteras y el capitalismo global", dice la comisaria de exposiciones Léa Bismuth, que sitúa el tema del proyecto en "el camino hacia la muerte" de los emigrantes anónimos. "Más allá de todos los estereotipos de los medios de comunicación sobre lo que ahora se llama la pésima gestión de los flujos migratorios, D'Agata adopta la postura periodística de mostrar la evidencia, lo que es".