La nueva norma introducirá más competencia, al permitir que empresas privadas puedan entrar en el sector, «siempre y cuando los titulares sean taxistas con licencia», han explicado fuentes de la Conselleria de Transportes. Además, los propios taxistas autónomos y las empresas tendrán la posibilidad de comprar más de una licencia. En ambos casos, se obtendrían a través de la compra a otros compañeros.

Algunos autónomos aseguran que será su ruina. Uno de ellos, Carlos Barea, auguró ayer «que será muy complicado competir» con empresas grandes. En cambio, ahora, «al ser todos autónomos nos repartimos mejor el trabajo». Antonio Guardeño, de la Federación de Autónomos de la Comunitat, también teme que «entren las grandes empresas transportistas y monopolicen el sector».

El presidente de la Asociación Gremial de Valencia, Antonio Muñoz, dijo ayer que «es injusto que haya compañeros con hasta ocho licencias y otros no puedan pasar de una. Nosotros propondremos un máximo de tres por taxista o empresa».

Aún sin fijar el tope de vehículos

Los detalles de la reforma aún están por decidir. Los taxistas tendrán la posibilidad de tener más de una licencia (de media, cuestan 60.000 euros), comprándosela a otros compañeros, por ejemplo, por jubilación. Pero ahora se abre un proceso de negociación durante seis meses entre la Conselleria y el sector para acordar el número de licencias que podrá obtener como máximo cada taxista o empresa.

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