Un testigo vió al acusado del crimen de los holandeses de Murcia con motosierras

  • Serafín de Alba Luis afirma que cuando llegaron a la finca de Alquerías bajaron del coche dos cubos de basura negros, dos motosierras y un hacha.
  • Advirtió también que no llegó a ver lo que había en el interior del coche aunque "olía mal".
  • Existen evidencias de que el expropietario del Club Voleibol Murcia, Evedasto Lifante, participara en el asesinato de la pareja.
Un exdirectivo del club de voleibol CAV Murcia permanece detenido en relación con el doble crimen de la exjugadora internacional de voleibol Ingrid Visser y su novio Lodewijk Severin.
Un exdirectivo del club de voleibol CAV Murcia permanece detenido en relación con el doble crimen de la exjugadora internacional de voleibol Ingrid Visser y su novio Lodewijk Severin.
EFE/ISRAEL SÁNCHEZ
Un exdirectivo del club de voleibol CAV Murcia permanece detenido en relación con el doble crimen de la exjugadora internacional de voleibol Ingrid Visser y su novio Lodewijk Severin.

Serafín de Alba Luis, un exagente tributario ya jubilado imputado presuntamente en el doble asesinato de la pareja holandesa, Ingrid Visser y Lodewjik Severein, aseguró a la Policía que cuando llegó Juan Cuenca, con el que tenía amistad, a su huerto, situado en la finca murciana de Alquerías y lugar donde se hallaron los restos de las víctimas presumiblemente enterrados y descuartizados, "bajó del coche dos cubos de basura negros, dos motosierras (una eléctrica y una de gasolina), y un hacha".

Así se desprende de la declaración que realizó el pasado 12 de julio en la Jefatura Superior de Policía, incluida en el sumario del caso.

En dicha manifestación, advirtió también a los agentes que no llegó a ver lo que había en el interior del coche, ni abrir el maletero, aunque "olía mal".

Unos hechos que ocurrieron el 15 de mayo, cuando Juan Cuenca, exgerente y exdirector técnico del Club Atlético Voleibol 2005 de Murcia, detenido e ingresado en prisión por su supuesta implicación en el doble crimen, se personó en el domicilio de Serafín en Murcia, acompañado de otro individuo en un vehículo. Serafín recuerda que había "bolsas de basura oscuras ocupando todo el asiento de atrás".

A su llegada, Serafín de Alba comentó a Cuenca que tenía prisa, ya que un técnico debía acudir a su finca en Alquerías para instalarle Internet; accediendo Cuenca a acompañarle ya que tenían que "hablar". De forma que como no cabían los tres en el vehículo de Cuenca, decidió coger su coche para trasladarse a su finca, en Alquerías.

Cuando llegaron a Alquerías, Cuenca volvió a marcharse ya que iba a buscar a una segunda persona, de forma que Serafín se quedó con el acompañante de Cuenca, en la huerta. Serafín recuerda ver a ese individuo, de unos 65 años, "haciendo un agujero" en su huerto, pero no entendió "que iban a enterrar nada", que ni siquiera lo pensó.

Mientras los dos individuos hacían el agujero y "tapaban el hoyo", Cuenca y Serafín estaban en el interior de la vivienda y mientras tanto, Cuenca le comentó que marchaba para Valencia de forma definitiva y que "ya hablarían con más tranquilidad", según se recoge de la toma de declaración que prestó Serafín ante la Policía.

A preguntas de la Policía sobre qué hizo con el hacha que Cuenca le dejó en su casa, señaló que la dejó en el garaje, donde estaban todas las herramientas y el fin de semana la afiló, pero no la limpió porque "estaba limpia y nueva".

Evidencias de la participación del dueño del club de voleibol

El Grupo de Homicidios de la Policía Nacional encontró en su investigación diversas "evidencias" sobre la participación del empresario y expropietario del Club Voleibol (CAV) Murcia, Evedasto Lifante, en el asesinato de la pareja de holandeses en Murcia como, por ejemplo, el hecho de que el detenido e imputado Juan Cuenca hablara en sus conversaciones telefónicas de una tercera persona "por encima de él" que sería responsable de la situación y "capaz de llegar a cualquier cosa".

El Grupo de Homicidios, en su informe, destaca el hecho de que Cuenca hace alusión a que había una persona detrás, "que habla con un genio", siendo de reseñar que en las declaraciones prestadas por el propio Cuenca a la Policía, en calidad de testigo, manifestaba que Lifante "se dejaba aconsejar por un mago o un consejero espiritual, que le dice qué hacer y que no según el día".

"La conversación que yo te planteo ahora es si seguimos haciendo lo que estaba preparado y lo que se tenga que hacer, ¿si o no?", pregunta Cuenca a su interlocutora.

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