Confemadera Galicia condena los incendios forestales declarados en los montes de la comunidad en los últimos días porque "destruyen un patrimonio medioambiental, social y económico que pertenece a todos los gallegos".

El sector de la madera pide, en un comunicado, un rechazo "frontal" y decidido de la sociedad gallega a los fuegos, que se han convertido en un problema "de orden público" que requiere medidas "contundentes". Así, reclama persecución judicial de sus autores y penas "ejemplarizantes".

Además, el sector subraya que "la estrategia más eficaz para erradicar los incendios forestales es trabajar en su prevención". Para ello, subraya, es "necesario promover la ordenación del monte gallego, superar el minifundismo y apostar por una gestión sostenible".

La destrucción de las masas forestales "da al traste con las inversiones que los propietarios realizan en los montes" y es "una de las razones más poderosas que conduce a su abandono".

En 2012, más de 54.200 propietarios obtuvieron más de 250 millones de euros por venta de madera, lo que supone, según los datos de Confemadera, que el 7% de las familias gallegas percibieron ingresos de sus propiedades forestales.

Además, para la industria, los incendios son "la principal amenaza" porque "destruyen la materia prima que necesita", advierte la patronal de la madera. "Sin ella, el sector forestal gallego desaparecerá", incide.

La industria recuerda que Galicia es "la gran reserva forestal de España, el gran pulmón de la Península Ibérica" y la pérdida de esta masa forestal, enfatiza, "solo genera pobreza". Aún más, ahonda en que los montes gallegos son "una fuente inagotable de riqueza y un motor de generación de empleo que, junto con otras actividades agrícolas y de ocio, contribuyen a fijar población en el medio rural".

Consecuencias para el medio ambiente

Desde el punto de vista medioambiental, la destrucción de las masas forestales "supone perder capacidad para fijar dióxido de carbono, por lo tanto, de mitigar el cambio climático".

Las masas forestales gallegas contribuyen a fijar 93,8 millones de toneladas de dióxido de carbono, "lo que equivale a las emisiones de enviar 100 veces al año a todos los gallegos, ida y vuelta, de Santiago a Tenerife en avión", señala.