El adiestrador profesional de perros y máster en terapia asistida con perros David Ordóñez ha mostrado su confianza en el futuro de las terapias asistidas por animales. Ordóñez se ha referido a la necesidad del reconocimiento oficial de la profesión por parte de las administraciones para poder seguir impulsándola, aunque cree que la sociedad continuará demandando estas terapias y se terminará con el "rechazo" social.

En declaraciones a los medios en el marco de los cursos de verano de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), el adiestrador ha señalado las ventajas de hacer terapia asistida con perros, pues "además de los beneficios psicológicos o sociales, los animales ofrecen un aporte motivacional muy importante en las terapias".

En este sentido, ha puesto como ejemplo un ejercicio que suele hacer con niños con daño cerebral, que consiste en hacerlos preparar u ordenar las cosas que utilizan con el perro; "esto les hace ganar independencia", ha comentado.

También en las residencias geriátricas se puede hacer terapia con animales siguiendo otro tipo de actividades. Como ejemplo, ha explicado que a las personas mayores que están "desganadas" se las motiva a pasear sugiriéndoles que lleven al perro a otra parte del edificio. "Cada necesidad hace que trabajemos un ejercicio diferente, depende del objetivo perseguido", ha recalcado.

Además, ha hecho referencia a la sociabilización que se produce a través del can. "Nunca nos acercaríamos a un desconocido a preguntarle nada; sin embargo, si cada uno lleva un perrito y se paran es más fácil hablar con una persona ajena", ejemplifica.

En cuanto a las cualidades de un perro apto para la terapia, Ordóñez ha destacado la sumisión, la tranquilidad, la sociabilidad y la búsqueda de contacto físico. Los perros pueden ser entrenados para terapia siendo cachorros, "aunque nos arriesgamos a que tras meses de entrenamiento su carácter cambie y no sirva para este tipo de actividad", o perros adultos, "pese a que son más difíciles de entrenar", ha explicado.