Agentes de la Policía Nacional han desmantelado en Andújar (Jaén) un cultivo y un sofisticado laboratorio de secado de marihuana en el que se han incautado más de 900 plantas y más de diez kilos de sustancia estupefaciente listos para su comercialización.

En la operación policial, denominada 'Britania', han sido detenidos a dos ciudadanos de Reino Unido a quienes se imputan sendos delitos contra la salud pública y otro de defraudación de fluido eléctrico.

Según informa la Policía en un comunicado, la investigación se inició en los primeros días del mes de junio gracias a la colaboración ciudadana a través del perfil de Twitter de la Policía, donde se alertó sobre la posible existencia de una plantación de marihuana en el polígono industrial de la Estación de Andújar.

Los investigadores consiguieron identificar la nave donde supuestamente se estaba produciendo el hecho ilícito, sometiéndola a una estrecha vigilancia, que se vio dificultada por su ubicación en una estrecha y solitaria calle, donde era fácil detectar la presencia policial.

Gracias al dispositivo de vigilancia desplegado en la zona los agentes detectaron a dos personas, procediendo a su identificación e interesándose sobre las circunstancias que motivaban su presencia en dicho lugar a altas horas de la madrugada.

Una vez inspeccionado el interior de la nave, los agentes descubrieron un invernadero para el cultivo intensivo de plantas de marihuana. Aprovechando la existencia de una gran cámara frigorífica con un altillo, los ahora detenidos habían montado un "sofisticado y complejo" invernadero y laboratorio para la producción, elaboración y preparación de sustancia estupefaciente.

Cuatro cosechas al año

Según la Policía, el cultivo de las plantas se iniciaba con esquejes y terminaba con la floración de las mismas, distribuidas en cuatro zonas bien diferenciadas por tamaños y fase de crecimiento. El completo invernadero contaba con lámparas de presión, un entramado eléctrico con temporizadores, así como con un sistema de riego y distribución automatizada de abono y fertilizantes, para conseguir un crecimiento acelerado y una mayor concentración de principio activo, asegurando cuatro recolecciones o cosechas al año.

El invernadero estaba compuesto por diferentes aparatos eléctricos, suministros de agua y fertilizantes, turbinas, ventiladores, aparatos de aire acondicionado, motores, extractores y diferentes efectos que, según las estimaciones policiales, podrían superar los 30.000 euros.

Los investigadores también detectaron una posible defraudación de fluido eléctrico, dado que se advirtió cómo los cables que daban cobertura a todo el montaje no pasaban por el contador de la compañía suministradora del servicio.