Afterparty, la ópera prima del realizador Miguel Larraya, llega a los cines españoles el próximo 13 de septiembre con el propósito de ofrecer al público más joven una película de terror en la línea de Saw, pero más gamberra y atrevida.

Afterparty se ha rodado íntegramente en Madrid, en el interior de una enorme casa de hormigón de 1.500 metros cuadrados, que enlaza con Saw y Tesis, dos de las películas favoritas del director, que califica el escenario de "un personaje más".

Guionista y realizador de televisión (HKM, Comecaminos) y director de cortos (Para no dormir, Estocolmo), Miguel Larraya debuta en la dirección de largometrajes con este 'thriller' del que también es autor del guión, junto con Fernando Sancristóbal.

La película, protagonizada por Luis Fernández (Los protegidos), cuenta también en su reparto con jóvenes promesas como Alicia Sanz, Ana Caldas, Andrea Dueso, Rocío León y Juan Blanco, y las colaboraciones especiales de Úrsula Corberó y David Seijo.

Producida por Telecinco Cinema, responsable, entre otras, de Lo imposible y Las aventuras de Tadeo Jones y TELESPAN 2000 (No Controles, Pagafantas), la película que ahora llega a las salas se preestrenó en abril en el festival de cine fantástico de Bruselas (Biff).

Narra la historia de Carlos (Luis Fernández), protagonista de una exitosa serie de televisión y uno de los grandes ídolos adolescentes del momento, que no duda en utilizar su fama para ejercer de golfo y rompecorazones.

La historia arranca cuando el actor despierta encerrado en una casa enorme, tras una fiesta salvaje, junto a tres chicas a las que conoció la noche anterior.

A través de su teléfono móvil, el chico empieza a recibir imágenes y vídeos de lo que ocurrió horas antes, incluidas las muertes de algunos de los asistentes a la fiesta, que parecen haber sido víctimas de un misterioso personaje, el cual se viste como el asesino de la serie protagonizada por Carlos.

Larraya comentó durante el rodaje que su intención era hacer una película "gamberra que, en cuanto se dispara la trama, no deje parar al espectador".

"Los motores de la película (decía entonces el realizador) son los mismos que mueven a los adolescentes": el amor, la amistad, los celos, el miedo, la traición.