El teatro Palacio Valdés acoge este viernes el estreno absoluto de 'Desclasificados', un cara a cara entre el presidente de gobierno (Joaquín Climent) y una reputada periodista (Alicia Borrachero). En medio se encuentra el asesor de prensa del primero (Jordi Rebellón), "que se deja los escrúpulos en casa", en palabras de su creador, Pere Riera.

Riera escribió la obra hace 10 años como un trabajo lectivo y sin intención alguna de que se representara, ha explicado este miércoles en rueda de prensa. Hace tres años la moviera por el circuito catalán y se convirtió en película. Ahora llega al teatro nacional con nuevos actores y vivencias. "Le hemos sacado más partido a la historia", reconoce.

El autor ha insistido en que "no es un thriller político, sino que confrontamos a dos personas que tienen unos valores, como cada uno de nosotros, y que ven que a lo largo de la función sus valores trastabillean". Ha apuntado que tiene "mayor trascendencia por las responsabilidades públicas de ambos", en referencia al político y la periodista.

La obra no está basada en hechos reales aunque Riera reconoce que la temática "la hace imperecedera". Cuando se estrenó en Barcelona lo hizo coincidiendo con el caso Berlusconi y ahora con el de Bárcenas. Climent y Rebellón han negado que se hayan fijado en personas reales para crear sus papeles.

Borrachero ha reconocido que ha visto "mucho documento" de periodistas españolas para crear el suyo, "algo que espero seguir haciendo hasta la última función". Ha mencionado a Concha García Campoy, Mercedes Milá o Julia Otero y "hago mi propio cóctel".

Rebellón ha defendido a su personaje de secretario de prensa argumentando que "hace lo que debe hacer y para lo que le pagan", que básicamente es defender al presidente. Climent ha apuntado que éste "muestra su parte de ser humano, lo que hace que empatice con él".

Borrachero ha apuntado que en la obra "no hay buenos ni malos. Los tres tienen razón para defender su posición y están cargados de valores". También ha dicho que "no es un dramón, es como un ping-pong entre tres donde uno no sabe lo que puede pasar".