La temporada empezó con buen pie para los comerciantes de Vigo que, tras una campaña de invierno escasa de ventas, veían ayer cómo las colas de gente en las cajas se alargaban sin tregua.

Ni siquiera la lluvia restó ímpetu a los más consumistas, que recorrían uno tras otro los establecimientos sin prestar atención a las inclemencias del tiempo. Y aunque los hubo madrugadores, la gran mayoría se concentró en las áreas comerciales durante la tarde, con el consecuente colapso de tráfico.

Compras a lo loco

No obstante, muchos eran los que aseguraban acudir «sólo a mirar», reconociendo, eso sí, que «siempre acabas picando en algo». Otros no dudaban en mostrar su disgusto, «vienes a comprar lo que había anteayer en la tienda y hoy ya no tienes nada, lo han cambiado todo». Y es que los comercios aprovechan ahora para librarse de los stocks.

El lado oscuro de las rebajas es para los dependientes, quienes se llevaron la peor parte intentando mantener en orden las toneladas de ropa esparcidas por las tiendas. Algunos tenían aún aliento para dar consejos, «si quiere cambiar algo no lo haga en estos días. Ahora no hay nada, se lo llevan todo, les sirva o no».

Gran Vía, colapsada

El gran día de los saldos también se dejó notar en el tráfico. Según la Policía Local, ayer circulaban por las calles de Vigo el triple de vehículos que un domingo normal. Aun así, la circulación fue fluida salvo en los accesos y salidas al Centro Comercial Gran Vía y en el centro, al coincidir, a mediodía, el desfile anual de Rondallas. Los cortes en García Barbón y Policarpo Sanz y los desvíos improvisados complicaron la vida a muchos conductores.