El coordinador de Unión Progreso y Democracia (UPyD) en Zaragoza, Javier Puy, ha destacado que la movilidad de la ciudad "no puede supeditarse a un capricho del alcalde", en referencia a la apuesta pro el tranvía del primer edil, Juan Alberto Belloch.

Puy ha expresado su malestar por el resultado de la puesta en marcha de la reordenación del sistema de transporte público urbano de la ciudad tanto por la forma en que se ha gestionado el cambio, como por el resultado del "experimento".

"Ayer se pudo constatar la falta de información entre los usuarios, con el correspondiente enfado al comprobar que el autobús que habían tomado ya no seguía el recorrido que ellos esperaban" ha relatado Puy para apuntar que los ciudadanos "echan de menos una campaña previa de información sobre estos cambios".

En opinión del coordinador de UPyD, "todo" el transporte urbano queda configurado en torno al eje de la línea 1 del tranvía, de manera que la mayor parte de las líneas de bus se contemplan como meras "acercadoras de gente al tranvía", lo que supone más transbordos, con una pérdida de tiempo "que no queda compensada con la supuesta ganancia que debía proporcionar este último".

Para Javier Puy el nuevo diseño de la red "perjudica notablemente" a aquellos zaragozanos que tienen que desplazarse desde Santa Isabel o desde el Actur.

Hasta ahora, este último barrio disponía de seis líneas de autobús que les acercaban a diferentes puntos de la ciudad y ahora sólo disponen de dos y del tranvía, que en caso de continuar con averías como las últimas, "podría dejar sin transporte a más de 70.000 personas en este sector", ha advertido Puy.

Pedagogía democrática

El dirigente de UPyD ha reflexionado sobre la necesidad de que los ciudadanos sigan de cerca las decisiones de los políticos y examinen sus propuestas con espíritu crítico, antes de entregar su voto.

"Belloch y su partido dijeron a los zaragozanos que el tranvía sería la octava maravilla del mundo", ha comentado Puy pero, ha añadido, "nadie les dijo lo que iba a costar, las molestias que iban a crear las obras, las dificultades que iba a ocasionar a los vehículos privados, la pérdida de puestos de trabajo de los conductores de autobús, ni que los usuarios se verían obligados a hacer más transbordos y caminar más".

En esta misma línea, Puy ha lamentado la "incoherencia" de algunas formaciones políticas, que en su día apoyaron ciegamente "el capricho del alcalde", y que ahora se ponen del lado de los usuarios en sus protestas contra este "desaguisado".