Repsol dice que prospecciones en Canarias no afectan a especies protegidas, patrimonio arqueológico ni a arrecifes

La compañía Repsol ha afirmado que las prospecciones petrolíferas no afectan a especies protegidas, patrimonio arqueológico ni a arrecifes de la zona denominada Chirimoya, gracias a los datos obtenidos en el marco del estudio de fondo marino de la petrolífera en Canarias.

La compañía Repsol ha afirmado que las prospecciones petrolíferas no afectan a especies protegidas, patrimonio arqueológico ni a arrecifes de la zona denominada Chirimoya, gracias a los datos obtenidos en el marco del estudio de fondo marino de la petrolífera en Canarias.

De este modo, en el fondo marino, se han detectado poliquetos, crustáceos y sipuncúlidos y bivalvos, pero "ninguna de las especies encontradas se encuentra bajo protección", ya sea comunitaria, estatal o autonómica.

"Éste tiene una gran homogeneidad y consiste en un lecho marino de fangos batiales, sin grandes desniveles y ausencia de rocas. El medio marino es más uniforme que el terrestre, sobre todo en las zonas más profundas. Del total de especies marinas censadas en Canarias, un 70-80% se distribuye por encima de los 50 metros de profundidad, lo que demuestra la mayor biodiversidad en los ecosistemas litorales", añade el informe.

Además, los datos revelan que "no se han encontrado arrecifes en las zonas estudiadas ni ningún tipo de patrimonio arqueológico", mientras que entre las especies más destacadas se encuentran un tiburón quelvacho, tres ejemplares de merluza canaria y un cangrejo ermitaño, entre otros.

El estudio se ha realizado gracias a una cámara subacuática que ha podido bajar hasta los 1.000 metros de profundidad, justo en la zona donde se están llevando a cabo los estudios exploratorios. Esta zona se encuentra a una distancia de 50 kilómetros de Lanzarote y Fuerteventura.

Presupuesto de 2,2

Millones de euros

Esta campaña, que empezó el pasado 3 de mayo, ha finalizado a comienzos del mes de junio —día 6—, y ha contado con una inversión de 2,2 millones de euros para su realización, además de dos buques —el barco oceanográfico Odin Finder y el buque Atlantic Explorer—, que se han encargado de las grabaciones.

"Las grabaciones ha permitido comprobar la turbidez, la tipología de los sedimentos, la geología, la fauna, la flora y los obstáculos existentes a una profundidad de entre 800 y 1.600 metros. Se han tomado 108 muestras de agua a tres niveles (superficie, medio y fondo) y 120 muestras de sedimentos de 20 puntos distintos", explica el documento.

Así, los datos obtenidos forman parte del Estudio de Fondo Marino, integrado dentro del Estudio de Impacto Ambiental, que han servido para definir las condiciones físico-químicas y biológicas de los fondos marinos.

Temperaturas más bajas a más profundidad

En cuanto a las temperaturas, el informe señala que de los 20 grados registrados en la superficie, se baja a razón de 1,4-1,5 grados por cada 100 metros sumergidos, alcanzando una mínima de unos siete a 1.200 metros de profundidad.

Este acontecimiento cambia una vez se supera la barrera de los 1.300 metros, ya que desde ese momento la temperatura presenta una ligera inversión con una máxima de siete y media a 1.400 metros, aunque al final vuelve a descender para situarse en los seis grados en una profundidad cercana a los 1.600 metros.

En total, este proyecto ha contado con la participación de una decena de expertos en ciencias ambientales, biología, ciencias del mar y geología, además de un arqueólogo subacuático.

Por último, el informe explica los diferentes resultados obtenidos tanto en el agua, fondo marino, vida marina, y zonas profundas, así como otros muchos factores a tener en cuenta, los cuales pueden ser consultados por cualquier ciudadano o institución ya que se expondrá a información pública como anexo del Estudio de Impacto Ambiental.

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