Las actitudes favorables a la promoción del euskera duplican a las contrarias a su impulso

Un informe del Gobierno vasco alerta del "riesgo" de que la lengua vasca acabe llegando a una situación "residual"
Baztarrika y Martínez de Luna
Baztarrika y Martínez de Luna
EUROPA PRESS
Baztarrika y Martínez de Luna

La actitud 'euskaltzale' o favorable a la promoción del euskera duplica a las posiciones reticentes al impulso de esta lengua, según se recoge en el estudio 'El euskera en la CAPV: competencia, uso y opinión', presentado este lunes por el Gobierno vasco. El informe alerta de que, pese a que el uso del euskera ha crecido en los entornos en los que se está fomentando esta lengua, existe un "riesgo efectivo" de que acabe llegando a una situación "residual e irreversible".

El estudio, que ha sido dado a conocer por el viceconsejero de Política Lingüística, Patxi Baztarrika, y por el autor del trabajo, Iñaki Martínez de Luna, se basa en una encuesta sociolingüística de 2012, que indica que el 37 por ciento de los vascos habla euskera "bien" o "bastante bien", mientras que un 24 por ciento lo habla "algo" y un 39 por ciento no habla "nada".

En uno de los apartados del informe se analizan las opiniones acerca del euskera. La corriente mayoritaria entre los principales factores de opinión social en torno al euskera es la denominada 'euskaltzale' (27 por ciento), en la que se enmarcan las actitudes favorables a la promoción de esta lengua.

En segundo lugar (11 por ciento), se sitúan las actitudes 'reticentes', en las que se enmarca el rechazo a la financiación pública de políticas de apoyo al euskera. Por detrás, se sitúan las opiniones de 'aceptación pasiva' (7 por ciento) y las de quienes perciben la lengua vasca como una 'ventaja social', con un 6 por ciento. El porcentaje restante corresponde a los casos 'no explicados'.

El trabajo constata que "se confirma estadísticamente que las tendencias 'euskaltzale' y 'reticente' se sustentan en sendos contextos sociolingüísticos bien diferenciados e, incluso, contrapuestos, como si fueran el anverso y reverso del universo sociolingüístico" de la comunidad autónoma.

Sentimiento nacionalista

En la opinión Euskaltzale destaca "la abundancia" de quienes saben euskera, y han aprendido tal lengua mediante la familia y, especialmente, mediante el sistema educativo. En la opinión 'reticente', destaca la presencia de quienes tienen 64 o más años y, en menor medida, son inmigrantes. Ambos tipos de opinión "están relacionados" con el sentimiento nacionalista, "el 'euskaltzale' con signo positivo y el 'reticente' con negativo". Tal relación, según el estudio, desaparece entre los jóvenes.

El trabajo contiene un apartado de reflexiones en el que se indica que la utilización del euskera "va creciendo" en los espacios de uso o entornos en los que se realiza una intervención "en pro de su normalización", mientras que permanece "estancada" en las áreas en las que no se ha producido dicha intervención.

Sin "victimismo"

Además, se alerta de que el "bilingüismo social desequilibrado" existente en Euskadi entre el euskera y el castellano puede acabar llevando a la lengua vasca a "una situación residual e irreversible". Pese a ello, el viceconsejero de Política Lingüística ha rechazado caer en posiciones "victimistas", y ha afirmado que lo que indican este tipo de reflexiones es que "no hay que bajar la guardia" en el impulso del euskera.

Por otra parte, el informe asocia la competencia en euskera principalmente al uso en el contexto social (en la familia, trabajo o estudios, y amistades). Según se señala, las familias euskaldunes mayoritariamente transmiten el euskara de forma eficaz.

Las familias mixtas —uno de los cónyuges no sabe euskera— no suelen lograr una transmisión tan completa como la de las familias euskaldunes. Por ese motivo, concluye que la transmisión puede ser más débil si el euskera no cuenta con una protección y esfuerzo especiales.

Tal como subraya el trabajo, el sistema educativo es muy importante para la transmisión del euskera, al ser el único camino para su aprendizaje. Pero tal transmisión es más débil que la familiar. De esa forma, considerando solo a quienes han llegado a ser bilingües, aun cuando la lengua de sus progenitores es el castellano, los modelos lingüísticos no garantizan a una mayoría la adquisición de un bilingüismo equilibrado.

Por ese motivo, se indica que, para la consecución de un bilingüismo equilibrado, han de darse dos condiciones: cursar los estudios en euskera y, además, su transmisión familiar.

USO

En Euskadi se han detectado varias condiciones que entorpecen el uso del euskera. Por una parte, el bilingüismo social es "desequilibrado", dado que solo una parte minoritaria puede hablar las dos lenguas oficiales, mientras la mayoría solo sabe castellano. Esto, tal y como señala el informe, "limita" el derecho de los hablantes a elegir la lengua de uso.

Además, predomina el bilingüismo individual desequilibrado —una elevada proporción de bilingües tiene mayor facilidad en castellano que en euskera—, y la tendencia espontánea de uso se inclina hacia la lengua que resulta más sencilla.

El informe considera que, para alcanzar bilingüismos individual y social equilibrados, "no es suficiente una intervención a nivel subjetivo (valores, opiniones y actitudes) en torno a la lengua". Esto se debe a que, tanto la competencia como el uso de la lengua, están más vinculados a elementos sociolingüísticos objetivos (competencia relativa, agentes de transmisión, entornos de uso o ciclo de la vida) que a los subjetivos.

Por ese motivo, se indica que sólo mediante la creación y mantenimiento en el tiempo de condiciones más favorables al euskera, tanto individuales (bilingüismo individual equilibrado) como sociales (bilingüismo social equilibrado) se podrá evitar "que el bilingüismo social escorado hacia el castellano derive hacia una paulatina sustitución del euskera, que lleve a esta lengua a su desaparición".

Equilibrio "real"

También se apuesta por revertir esa situación hacia posiciones de equilibrio real, no sólo legal, entre las dos lenguas oficiales, así como por posibilitar un grado más elevado de cumplimiento de la Ley. De la misma forma, se estima necesario hacer partícipe a toda la ciudadanía de un patrimonio —el euskera— "que hoy en día únicamente es extensivo a una parte de la misma".

Por otra parte, se destaca la importancia de garantizar a toda la ciudadanía la libertad para optar libremente por el euskera o el castellano en sus relaciones personales, sociales y profesionales, "evitando situaciones de discriminación lingüística de distinto signo".

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