El empresario de la construcción Joan Alsina presentaba cortes en la garganta efectuados con un arma blanca.
El cadáver estaba en medio de un charco de sangre con heridas incisas en el cuello hechas con un objeto cortante, posiblemente un cuchillo o navaja, arma que no ha trascendido si ha sido hallada, según han explicado fuentes próximas al caso.
Los investigadores, que no descartan ninguna hipótesis sobre el crimen, han encontrado algunos indicios que apuntarían a que el móvil podría no ser el robo.
La razón: en la casa había objetos de valor que los asaltantes no se han llevado y ni siquiera han tocado.
Sin motivos aparentes
Pese a ello, la casa, situada en el número 35 de la calle de Pahissa de Sant Cugat del Vallés, apareció revuelta, como si los asaltantes buscaran alguna cosa, aunque también podrían haberlo hecho para despistar a la policía. El cadáver de Joan Alsina Oliva, de 51 años, co-gerente de la empresa
Por su parte, el abogado Josep Lluis Pons, portavoz de la familia Alsina, ha asegurado que el robo es el único móvil posible al asesinato de Joan Alsina, que era una persona normal que vivía sin ostentación.
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