Insiste que en el Decreto no discrimina por condición sexual y que está vinculado a las dificultades que determinan los facultativos

Las pruebas de cribado de cáncer de mama se realizarán a partir de los 50 años y no a los 45 como hasta ahora en CyL

El consejero de Sanidad de la Junta de Castilla y León, Antonio María Sáez Aguado, ha insistido en que la reproducción asistida es una prestación sanitaria y no social, por lo que ha defendido que está ligada a la infertilidad, aunque ha defendido que el acuerdo alcanzado este martes en el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS) no discrimina por condición sexual y mantiene la filosofía del Decreto de 2006 que liga este tratamiento a las dificultades para concebir.

El consejero de Sanidad ha comparecido ante los medios de comunicación tras asistir en la mañana de este martes a la reunión del Consejo Interterritorial, después del que la ministra de Sanidad, Ana Mato, haya explicado que dentro de la cartera común básica de servicios asistenciales de reproducción humana asistida (RHA) no se excluirán a lesbianas ni a mujeres sin pareja, ya que se mantendrá la actual normativa (Real Decreto aprobado en 2006), y sólo se han modificado algunos criterios de edad y el número de ciclos a los que se puede optar.

No obstante, Sáez Aguado ha respaldado las palabras de la ministra para defender que el documento aprobado no excluye ni a lesbianas ni a mujeres sin pareja en el acceso a este tratamiento, aunque sí ha defendido que las prestaciones sanitarias responden a cuestiones que tienen que ver con "dificultades de fertilidad", de lo que se desprende que debe existir un diagnóstico de infertilidad.

De este modo, el consejero ha defendido que son los facultativos los que determinan el tratamiento y ha detallado que en Castilla y León el 50 por ciento de las inseminaciones realizadas por donante anónimo son mujeres sin pareja, más de 90 en el último año.

Sáez Aguado ha reiterado que el documento no establece restricciones, por lo que "es posible" que una mujer lesbiana o sin pareja pueda acceder a una inseminación de donante anónimo siempre que el facultativo lo determine. "No se excluye a nadie y en ningún caso se vincula a la condición sexual", ha aseverado, tras lo que ha aclarado que en Castilla y León no se pregunta a las mujeres su tendencia sexual cuando van a someterse a un tratamiento de estas características.

Cribado de cáncer

El consejero de Sanidad ha destacado además los acuerdos alcanzados en la reunión de este martes relacionados con los programas de cribado del cáncer. Así, ha destacado que Castilla y León mantendrá el protocolo establecido en la Comunidad en cuanto al cáncer de cervix, mientras que en el caso del de mama se amplía la en cinco años la edad de inicio del cribado en la población diana, ya que se pasará de realizar pruebas preventivas de entre los 45 y 69 años como hasta ahora a entre los 50 y los 69 años.

Como ha detallado el consejero esta adaptación a la normativa estatal se realizará de forma paulatina en Castilla y León.

Asimismo, ha garantizado que en cuanto al cribado de cáncer colorrectal que Castilla y León se realizará de manera universal como se ha acordado y después de realizar las pruebas pertinentes en determinadas zonas de salud como en Medina del Campo (Valladolid). Así este cribado se implantará de forma paulatina entre la población de 50 a 69 años para llegar a una cobertura del cien por cien en cinco años.

La cartera de servicios sanitarios se ampliará también en cuanto al cribado neonatal que incluye a cuatro nuevas enfermedades denominadas como "metabólicas raras" a las pruebas que ya están implantadas en Castilla y León. Así, la Comunidad trabajará en el diseño de esta nueva implantación.

Transporte sanitario no urgente

Por último, Sáez Aguado ha destacado además que en el Consejo Interterritorial de Salud se ha aprobado un documento en el que se establecen los criterios para indicar el uso del transporte sanitario no urgente por parte de los facultativos.

En este punto, el consejero de Sanidad ha insistido en que a veces se confunde el uso de un transporte "ordinario" con uno "sanitario" que, a su juicio, sólo debe ser prescrito en caso de que haya razones clínicas o dificultades de movimiento no "no porque un paciente no tenga coche".