La Tate anuncia una gran muestra sobre el arte vandalizado

  • La galería de Londres difunde su gran apuesta para otoño con una exposición de arte 'atacado' por motivos religiosos, políticos y estéticos.
  • Entre las piezas, del siglo XVI hasta el presente, destacan un gran número que fueron destruidas o desfiguradas por puritanos y reformistas.
  • La exposición incluye también obras de artistas como Ralph Ortiz, Gustav Metzger y Yoko Ono, que usaron la agresión como fuerza creadora.
Una estatua mutilada de Cristo del siglo XVI, escondida durante cientos de años para evitar su destrucción durante la Reforma protestante
Una estatua mutilada de Cristo del siglo XVI, escondida durante cientos de años para evitar su destrucción durante la Reforma protestante
The Mercers’ Company
Una estatua mutilada de Cristo del siglo XVI, escondida durante cientos de años para evitar su destrucción durante la Reforma protestante

Era la inauguración en la Real Academia de las Artes, en Londres, del elegante retrato que el pintor John Singer Sargent había hecho de su amigo el escritor Henry James. Una mujer que los testigos recuerdan como mayor y de aspecto inofensivo, ataviada con una capa de color púrpura, rompió el cristal que protegía el original y lo laceró tres veces con un cuchillo de carnicero. Era 1914 y la autora del delito, Mary Wood, sufragista, estaba dispuesta a hacer lo que fuera para captar la atención de quienes se oponían al voto femenino.

La galería Tate Britain de Londres anuncia su gran apuesta para la temporada de otoño con Art under Attack: Histories of British Iconoclasm (Arte bajo ataque: historias de iconoclasia británica), la primera exposición en explorar la historia de las agresiones físicas a obras de arte en el Reino Unido del siglo XVI hasta el presente.

Con iconos, símbolos y monumentos, la muestra —que se inaugurará el 2 de octubre y se podrá visitar hasta el 5 de enero— se detiene exclusivamente en los motivos religiosos, políticos y estéticos del ataque a diferentes objetos, pinturas, esculturas y material de archivo. Muchos fueron acuchillados o decapitados y otros, totalmente destruidos.

Hachas y martillos en la Catedral de Canterbury

Entre las piezas más representativas, la galería adelanta que exhibirá una pintura de Thomas Johnson de 1657 que ilustra la destrucción por parte de los puritanos, con hachas y martillos, de muchas de las vidrieras medievales y tallas de figuras religiosas de la Catedral de Canterbury.

El documento, expuesto por primera vez, es el único que se conserva de la iconoclasia puritana en Inglaterra y se muestra junto a vidrieras que fueron retiradas a tiempo del templo. La exposición ofrece otros testimonios de obras desfiguradas en los siglos XVI y XVII por motivos religiosos, como la estatua decapitada de Cristo o del libro de horas arruinado por los reformistas cuando el protestantismo apisonaba al catolicismo.

Sibylla Delphica (1868), del prerrafaelista Edward Burne-Jones —que muestra con delicadeza a la sacerdotisa de Apolo que presidía el Oráculo de Delfos—, es otro de los platos fuertes de la colección: la pintura fue atacada por una sufragista en 1913 en la Galería de Arte de Manchester.

Mucho más tarde, pero por una lucha también relacionada con la igualdad de sexos, la polémica silla que Allen Jones diseñó en 1969 y que reproducía un cuerpo femenino ataviado con prendas de cuero en la base del mueble, fue salpicada con disolvente para pintura por una feminista en 1986, aprovechando el Día de la Mujer.

Un cuadro colgado del revés

También hay ejemplos de símbolos de autoridad en épocas de tensión política, como las estatuas vandalizadas en Irlanda a lo largo del siglo XX o el retrato de Oliver Cromwell. El cuadro, colgado del revés por el Príncipe Frederick Duleep Singh (1868-1926) —el último marajá del Imperio Sij— acérrimo defensor de la monarquía, era una muestra de desprecio por el hombre que convirtió temporalmente a Inglaterra en una república.

Junto a los testimonios de destrucción por causas ajenas al arte, la exposición también da cabida a los autores que utilizaron la agresión como fuerza creadora. El piano y la silla que destrozó Ralph Ortiz en 1966 y trabajos de figuras del arte moderno y conceptual como Gustav Metzger, John Latham y Yoko Ono completan el recorrido de 500 años de agresión a expresiones artísticas.

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