El Juzgado de Lo Mercantil número 1 de Málaga ha paralizado el pago del alquiler que la explotadora del hotel Cervantes del municipio malagueño de Torremolinos, Europa Center, tenía que abonar a la propietaria del edificio, Clesa. Ambas empresas, que están en concurso de acreedores, pertenecen al entramado de Nueva Rumasa, de la familia Ruiz Mateos. El no afrontar el dinero, de cuatro millones de euros anuales, está permitiendo que el hotel sea viable, sufragándose las nóminas de sus casi 200 trabajadores, la Seguridad Social, Hacienda y a proveedores.

Ambas entidades formaban parte del mismo entramado societario, de hecho, el auto del juez, al que ha tenido acceso Europa Press, refleja que "nadie se alquila a sí mismo", además de considerar la renta de cuatro millones "fuera de mercado y de todo criterio de razonabilidad". Asimismo, recuerda que la administración concursal nunca lo ha abonado ni ha sido reclamada por la mercantil Clesa.

Este establecimiento es uno de los que más ocupación tiene de la provincia, con una media de entre el 85 y el 90 por ciento los 12 meses del año, según ha indicado la secretaria general de Comercio, Hostelería y Turismo de CCOO en Málaga, Lola Villalba, quien ha señalado que es viable gracias a que no está abonando el alquiler, lo cual está permitiendo afrontar sus pagos con normalidad.

Fuentes judiciales han indicado a Europa Press que la explotadora y propietaria en su día de este establecimiento es Europa Center, sin embargo, se realizaron una serie de transmisiones entre otras empresas del grupo Nueva Rumasa aunque "de forma ficticia" puesto que nunca se abonó ni se solicitó ningún dinero, sino que "era un maquillaje para obtener beneficios fiscales".

Un informe de la Agencia Tributaria determinó estas prácticas, que se pusieron en manos del ministerio fiscal, que presentó una denuncia por ello. La administración concursal de Europa Center ha mantenido siempre que los cambios de titularidad que se realizaron no fueron reales y que a pesar de los años sigue siendo la explotadora del hotel.

Este establecimiento cuenta con una plantilla de trabajadores estable e incluso a pesar del concurso de acreedores "siempre está lleno y son muchas las veces que trasladan clientes a otros hoteles de la zona", ha recalcado a Europa Press Villalba, para quien el juez ha sido "muy valiente".

La facturación de este hotel era de unos ocho millones de euros, por lo que el pago de cuatro de alquiler era "inasumible, además de un despropósito", algo que "dice el propio juez". En ocasiones, según fuentes judiciales, incluso las transmisiones de la titularidad del hotel entre empresas del mismo grupo se hacían con dos días de diferencia y suponían un incremento de valor del mismo del 1.000 por ciento.

Sin este auto la actividad del hotel malagueño corría peligro, de hecho, su situación no es del todo favorable puesto que la administración concursal de Clesa reclama la propiedad del mismo, al considerarlo suyo. Con estas medidas cautelares, este equipamiento turístico de la Costa del Sol puede seguir ofreciendo su actividad.

También tendrá que resolverse la venta del edificio en sí, al que están vinculados los trabajadores, ha recordado la responsable de Turismo de CCOO, quien ha recalcado que si es adquirido se debe tener en cuenta a sus empleados.