El Principado es una de las CCAA en la que menos conductores creen que pueden engañar a los controles de alcoholemia

El Principado de Asturias es, junto con Cantabria y La Rioja, una de las CCAA en la que menos conductores creen que pueden engañar a los controles de alcoholemia, según el estudio 'Mitos y falsas creencias sobre los controles de alcoholemia' elaborado por Línea Directa Aseguradora en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial).

El Principado de Asturias es, junto con Cantabria y La Rioja, una de las CCAA en la que menos conductores creen que pueden engañar a los controles de alcoholemia, según el estudio 'Mitos y falsas creencias sobre los controles de alcoholemia' elaborado por Línea Directa Aseguradora en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (Fesvial).

Que el alcohol al volante es uno de los problemas más graves en materia de seguridad vial, nadie lo pone en duda. De hecho, según datos del Instituto Nacional de Toxicología, el 35 por ciento de los conductores fallecidos en accidente de coche durante el pasado año dio positivo en alcohol, un factor que multiplica por 9 las posibilidades de sufrir o provocar un siniestro.

A pesar de ello, en los controles de alcoholemia que realizan las autoridades de tráfico se dan cada vez más casos en los que los conductores recurren a una serie de mitos y creencias populares.

Con ellos, supuestamente, se puede burlar el control, lo que hace que se consuma alcohol sin miedo a las infracciones de la ley y, sobre todo, a las consecuencias fatales que puede tener en un accidente.

Por eso, con el objetivo de concienciar sobre el peligro de consumir alcohol antes de conducir, averiguar qué opinión y grado de conocimiento tienen los conductores sobre los controles de alcoholemia y desmitificar la existencia de trucos para engañar al alcoholímetro se ha realizado este informe que analiza cerca de 1.260 entrevistas realizadas a conductores de toda la geografía española, e incluye una prueba empírica sobre el impacto ficticio que estos mitos tienen en el organismo.

¿

Se puede engañar al alcoholímetro?

Una de las conclusiones más sorprendentes de este novedoso estudio es que, alrededor de 8 millones de conductores españoles (un 30 por ciento del total), creen en la existencia de trucos para burlar los controles de alcoholemia.

Además, si analizamos más en profundidad estas falsas creencias, encontramos algunas realmente extrañas como beber aceite, tomar pasta de dientes, comer césped, chupar baterías de litio o monedas de cobre, vomitar y soplar despacio por el alcoholímetro.

Según el informe, casi la mitad de los conductores españoles (44 por ciento) ha oído hablar de la existencia de estos trucos, principalmente de boca de amigos (73 por ciento) y en el trabajo (23 por ciento). Asimismo, unos 2,6 millones de conductores, alrededor del 10 por ciento, reconoce haber utilizado alguno de estos métodos para no dar positivo.

El perfil del conductor más propenso a aceptar estas creencias populares responde al de un hombre, de 18 a 29 años, que utiliza herramientas tecnológicas (como Whatsapp, Internet o redes sociales) para evitar los controles de alcoholemia y que reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol.

Por Comunidades Autónomas, los conductores vascos parecen ser los que más conocen la existencia de estos mitos, mientras que los de La Rioja, Asturias y Cantabria son los que menos. En cuanto a su efectividad, los madrileños parecen ser los que creen más efectivas estas prácticas y los gallegos y vascos, los más escépticos.

Ninguno de los trucos del imaginario colectivo que se han testado en los conductores resultó funcionar, lo que debe contribuir a desterrar definitivamente la validez de estas creencias. (Se puede ver el video completo de la prueba en http://info.lineadirecta.es).

Límite de alcoholemia

La tasa de alcoholemia representa el volumen de alcohol que hay en la sangre y se mide en gramos de alcohol por cada litro de sangre (g/l) o en miligramos por litro en aire espirado. Sus límites son muy sencillos: 0,25 mg/l de aire espirado para la sanción administrativa (0,15 para conductores noveles y profesionales) y 0,6 mg/l para el delito penal.

Las consecuencias de este positivo pueden ser graves. En el caso de la infracción administrativa, el positivo puede conllevar la retirada del carné durante 3 meses y una multa de entre 302 y 602 euros. Unas sanciones que se elevan considerablemente en el caso de delito: penas de prisión de 3 a 6 meses o una multa económica a pagar entre 6 y 12 meses o, en su caso, trabajos en beneficio de la comunidad y retirada del carné entre 1 y 4 años.

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