Un barrio divino en Valencia

  • El arzobispo Olaechea fundó San Marcelino hace 52 años.
  • Por eso, papas y santos copan su callejero

Si encontrar piso en Valencia es difícil por los precios, hace medio siglo era misión imposible, pero porque no había.

La ciudad estaba sumida en la posguerra y sólo las iniciativas de caridad se preocupaban por los más necesitados.

Así nació uno de los barrios más populares de la ciudad: San Marcelino.

En 1949, el arzobispo Marcelino Olaechea promovió varios bloques en una zona de huerta del sur de la capital.

Montó una tómbola para conseguir fondos con que construir viviendas sociales.

Cinco años después, las primeras familias comenzaron a habitarlas; el barrio recibió el nombre del patrón del propio arzobispo, al igual que la calle principal y la iglesia, que no arrancó hasta 1960.

Según el portavoz de la asociación vecinal, Vicent Soler, las calles Pío IX y San Pío X deben su nombrea esta primera etapa, al igual que Salvador Perles y Juan Perpiñá, que eran religiosos asesinados en la Guerra Civil.

Años más tarde, a iniciativa de Acción Católica, otra calle se bautizó como Arzobispo Olaechea, en homenaje a su fundador.

El listado de vías relacionadas con la Iglesia incluye Reverendo José Noguera, San Vicente Mártir, que lo atraviesa, y la plaza Canónigo.

El pueblo sólo eligió un nombre

De los nombres de religiosos que adornan las calles de este barrio, sólo uno lo pidieron los propios vecinos. Se trata de la plaza Óscar Arnulfo Romero, que debe su nombre al obispo

de San Salvador que fue asesinado hace 27 años al inicio de la guerra civil que asoló El Salvador.

Esta iniciativa, según Vicent Soler, de la asociación de vecinos, "no tiene nada que ver con la Iglesia", ya que surgió de entre los mismos vecinos 30 años después de la fundación del barrio.

Óscar Romero destacó por ser un activo defensor de los desprotegidos y de los campesinos pobres de su país, y fue asesinado mientras pronunciaba una homilía en un funeral.

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