La Policía ha identificado a otros 30 menores de edad que podrían haber sido víctimas de los abusos de F. J. L. L., de 40 años, sacerdote y director del colegio de los Salesianos de Cádiz, que fue detenido el pasado martes como presunto autor de delitos contra la integridad moral e indemnidad sexual de 14 alumnos del centro (de entre 12 y 14 años). Hasta el momento, son los que han denunciado formalmente haber sido víctimas de castigos, tocamientos o amenazas.

La mayoría de las agresiones se refieren a castigos corporales, con palizas y golpes, aunque algunos de los menores también han aludido a tocamientos superficiales de sus zonas sexuales y amenazas.

El detenido fue conducido esta mañana ante el juez de guardia tras pasar dos noches en los calabozos de la comisaría provincial. Sin embargo, el magistrado ha decidido prorrogar su detención, debido al cúmulo de trabajo en su juzgado de guardia y a la complejidad de las diligencias del caso.

Así, el sacerdote tendrá que pasar una tercera noche en los calabozos de la comisaría provincial y mañana será nuevamente enviado a presencia del juez. La medida no es excepcional. El titular del juzgado pretende con ella disponer de más tiempo para practicar diligencias y estudiar las pruebas, antes de decidir sobre si envía o no a prisión al director del colegio concertado.

Antes de ser detenido, el sacerdote fue agredido por familiares del estudiante que reveló los hechos. La agresión ocurrió el pasado viernes, cuando el religioso estaba en el centro educativo, abierto también en verano para actividades deportivas y de ocio de sus alumnos.

Los familiares llegaron al colegio después de que la noche antes, un menor enseñara a su madre los mensajes de whatsApp que presuntamente le había enviado el director del colegio.

La madre del menor, escandalizada por las comunicaciones que el sacerdote mantenía con su hijo y otros compañeros por redes sociales como Twitter o Facebook, denunció los hechos y acudió al colegio, acompañada de otros familiares. "Se presentaron en el despacho, no le dejaron ni hablar, le dieron y hasta lo tiraron al suelo", explican fuentes de la orden religiosa.

Tras contar a sus superiores lo ocurrido, el director acudió al médico a por un parte de lesiones y esperó al lunes siguiente para ir a la Comisaría Provincial de Cádiz a denunciar la agresión. Al ir a entregarla, no le comunicaron que los familiares del menor habían interpuesto ya una denuncia contra él, lo que arrancó una investigación que llevó a su detención el pasado martes.

La Orden se muestra sorprendida por los hechos: "No nos cuadra, vamos a esperar a conocer las diligencias y las acusaciones para organizar su defensa", señala Juan Carlos Pérez Godoy,  vicario inspectorial de la Orden en Sevilla.

Asimismo, ha asegurado que "jamás antes" habían recibido ninguna queja sobre algún comportamiento conflictivo del sacerdote. "Todo lo contrario, hay muchos comentarios buenos sobre él, me han llamado un montón de chavales ofreciéndose a testificar sobre él", ha añadido el vicario.