Reúnen a los fotógrafos que se aliaron para que París fuese la capital de la 'belle époque'

  • La exposición "Un giro francés" condensa cien originales de los maestros que fabricaron la edad dorada de la capital francesa en el periodo de entreguerras.
  • Hay fotos de Eugène Atget, Man Ray,  Henri Cartier-Bresson, Ilse Bing, Brassaï, Jacques-Henri Lartigue, André Kertész, Dora Maar...
  • Desde principios del XX y hasta la II Guerra Mundial confluyeron en París y amaron a la ciudad, a la que dieron identidad como cuna de las vanguardias y la buena vida.
Brassaï frecuentaba los locales de diversión y esparcimiento de París. Este es un retrato de una jugadora de billar en Montmartre
Brassaï frecuentaba los locales de diversión y esparcimiento de París. Este es un retrato de una jugadora de billar en Montmartre
Collection of Michael Mattis and Judith Hochberg © The Brassaï Estate—RMN
Brassaï frecuentaba los locales de diversión y esparcimiento de París. Este es un retrato de una jugadora de billar en Montmartre

No se trataba de una alianza fundamentada en un grupo organizado o en una declaración de intenciones registrada por escrito. Era un pacto mucho más lírico, y por ello mucho más poderoso, cuyos miembros estaban juramentados en la pasión hacia la ciudad y su estilo de vida. Nunca antes en la historia del siglo XX coindieron tanta creatividad y fervor en una sola metrópolis. El lugar era París. El momento, la belle époque y el periodo de entreguerras, cuando la capital francesa era un lugar para amar y vivir a bocanadas.

La coincidencia creativa fue notable en todas las artes —en pintura, el fauvismo, el modernismo, el cubismo...; en las artes decorativas y la arquitectura, el art nouveau; en la literatura, el surrealismo, cuyos planteamientos se universalizaron para empapar a las demás disciplinas—. En París era donde se cocían las vanguardias y donde el bon vivant parecía una utopía febril y posible.

Trasmitir el placer de vivir en París

En fotografía la capital francesa se convirtió en un imán. Durante las cuatro primeras décadas del siglo XX, en la ciudad trabajaron algunos de los maestros que marcarían el rumbo de la disciplina de forma indeleble. Les unían dos condiciones: amaban sin reparos la vida en París y deseaban transmitirla. Ese espíritu es la base de la exposición French Twist: Masterworks of Photography from Atget to Man Ray (Giro francés: obras maestras de la fotografía de Atget a Man Ray).

El centenar de obras de la muestra, que exhibe hasta el 15 de septiembre el Delaware Art Museum de Wilmington (EE UU), es una pasmosa colección que abarca las visiones líricas de Eugène Atget (1857–1927), los experimentos surrealistas de Man Ray (1890–1976), los ejercicios pioneros del fotoperiodismo de Henri Cartier-Bresson (1908–2004), así como imágenes de Ilse Bing (1899–1998), Brassaï (1899–1984), Jacques-Henri Lartigue (1894–1986), André Kertész y Dora Maar (1907–1997).

Ilse Bing, la 'Reina de la Leica'

Desde la visión esteticista de Atget, de quien se expone, al inicio de la muestra una de sus obras más conocidas, Boulevard de Strasbourg, Corsets (1912), French Twist repasa fotos de la vida en las calles, donde llaman la atención las tomas modernistas y dramáticas de Bing, la Reina de la Leica, y en los escenarios de diversión, cabarets, teatros y bares, donde trabajaron Lartigue y Brassaï, de quien se exponen piezas de su aclamado fotoensayo Paris By Night. El hedonismo y el culto a la belleza de la época están representados por desnudos femeninos firmados por Ray y Kertész.

El momento irrepetible acabó con el estallido de la II Guerra Mundial, que obligó a buena parte de los integrantes del colectivo a emprender el camino del exilio y emigrar a los EE UU. Cuando algunos quisieron regresar, una vez terminado el conflicto, París ya no era la misma ciudad.

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