Londres barajó darle la independencia al Ulster en 1975

  • Temían disturbios sangrientos.
  • Se han desclasificado varios documentos.
  • En 1975 el IRA rompió un alto el fuego.
Entierro del dirigente del IRA Boby Sands en 1981 (Archivo).
Entierro del dirigente del IRA Boby Sands en 1981 (Archivo).
Archivo
Entierro del dirigente del IRA Boby Sands en 1981 (Archivo).
El Gobierno británico barajó en 1976 la posibilidad de conceder la independencia a Irlanda del Norte para acabar con la violencia en esa provincia, según un documento desclasificado hoy por las autoridades de la República de Irlanda.

En aquella época, Londres y Dublín temían que grupos paramilitares unionistas intentaran hacer una Declaración Unilateral de Independencia (UDI, en sus siglas en inglés), provocando un sangriento estallido de violencia.

"Hay pruebas considerables de que una discusión sobre la independencia como última solución para Irlanda del Norte se está produciendo activamente en estos momentos, particularmente en círculos paramilitares", afirma el documento desclasificado, redactado por un funcionario de Ministerio de Exteriores irlandés.

"También hay algunas pruebas de que los británicos alentarán el debate de la independencia y estarían muy satisfechos de verla (materializada) como solución última" al problema de Irlanda del Norte, añade el texto.

El memorándum abarca un año complicado en el Ulster, debido a la ruptura del alto el fuego declarado en 1975 por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) y al fracaso del "acuerdo de Sunningdale", que contemplaba crear un Gobierno autónomo de poder compartido en unionistas-protestantes y nacionalistas-católicos.

Asimismo, una carta adjunta al documento muestra que una copia del mismo fue remitida al entonces primer ministro irlandés, Liam Cosgrave.

En Londres, mientras tanto, el entonces jefe del Gobierno británico, Harold Wilson, temía unos disturbios "apocalípticos", si finalmente las organizaciones paramilitares unionistas declaraban la independencia unilateral.

En un memorándum desclasificado hoy por los Archivos Nacionales del Reino Unido, con sede en Kew (oeste de Londres), Wilson habla de una posible "situación apocalíptica" que plantea una "perspectiva espantosa".

El primer ministro británico también subraya la necesidad de consultar con la reina Isabel II cualquier eventual cambio en el estatus de Irlanda del Norte.

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