Aunque son muchas las cosas que fallan en el sistema sanitario, alguna sobresale por su buen funcionamiento. Es el caso de la vacunación infantil, que ha sufrido una evolución muy positiva en los últimos siete años hasta conseguir que más de un 97% de los niños cumpla el calendario previsto a raja tabla. La media en Valladolid supera la regional y la de España.«Yo creo que fue un acierto que se obligara a vacunar a los chicos en los centros de salud. De esta forma los pediatras controlamos cuáles se han puesto y si les falta alguna se la facilitamos», explica el doctor Federico Velasco. «Tenemos programadas casi 12 revisiones en el primer año de vida del bebé, con lo que no se nos pasa», subraya.
La vacunación de la poliomielitis, la hepatitis b, el sarampión, el tétanos... sirven para proteger al menor de enfermedades que tienen una alta morbilidad y mortalidad. «Quien no se las pone corre un grave riesgo», indica Velasco, antes de insistir en que son muy pocos los que no lo hacen. «Entre los colectivos marginales puede pasar, pero ya ni eso», apunta.
Los inmigrantes fallan
Sólo hay un grupo que aún preocupa a los profesionales: el de la población inmigrante. Indican que se han dado casos en los que las cartillas de los niños dicen que están vacunados contra una determinada enfermedad, pero al hacer una análisis comprueban que lo que han dicho no es cierto.
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