En Madrid, los taxis son pocos y los taxistas, cada vez más selectivos.

Eso denuncian los usuarios, que se ven rechazados porque sus destinos son demasiado cortos o están alejados de la ruta del conductor.

La OCU ha constatado que las quejas más frecuentes de los clientes del taxi son "la poca disponibilidad de coches en horario nocturno y la negativa a efectuar determinadas carreras".

Una escena habitual esta Navidad es la de varios clientes sorteándose un taxi pero, al final, es el conductor quien decide.

"El sábado quise ir de la calle Mayor a Atocha. Los taxis que pasaban por allí no me llevaban por ser poca la distancia", denuncia Ignacio Carbonell, de 25 años.

El problema se agrava de madrugada: "cantidad de veces me ocurre que ellos van de recogida y si mi casa no les pilla de paso, se niegan a llevarme", explica Diana S. Domínguez, de 35 años.

Reservas en Nochevieja

La de este domingo será, posiblemente, la peor noche del año.

Ninguna de las tres centrales telefónicas reserva con antelación.

Teletaxi no cierra, pero advierte de que de 11 a una de la madrugada tendrán sólo diez vehículos mientras que Radio Taxi e Independiente cierran de 8 a 2 a.m.

Las dificultades de reclamar

Si un taxista le deja en tierra sin esgrimir una explicación convincente, el cliente debe denunciar, indican en la OCU, para lo que se necesita anotar el número de identificación del conductor o, en su defecto, la matrícula del vehículo.

La denuncia, según explican en la oficina de información municipal, ha de ponerse en el Departamento Jurídico del Taxi, organismo ubicado en la calle Albarracín, 33.

Sin embargo, ninguno de los dos teléfonos de esta oficina (914 804 620 y 914 804 628) estaba ayer operativo.

El primero no lo atendía nadie y el segundo no dejó de comunicar en todo el día.

Cara a cara

"La falta de taxis es una cosa puntual. Ocurre sólo en fines de semana y de dos a seis de la mañana. Lo que deberían hacer es poner mejor transporte colectivo", afirma.

"Nosotros somos una alternativa más, no el único servicio. Lo de rechazar clientes, puede que algún compañero lo haga, pero es completamente ilegal".

"El martes del puente de la Constitución, a las cuatro de la madrugada, por la calle Alcalá bajaba una marea humana. Vimos un taxi con luz verde. El conductor iba preguntando grupo a grupo a ver dónde iban".

"A él sólo le interesaban los que salían de Madrid y no nos quiso llevar. No me dio tiempo a tomar la matrícula. Si no, le denuncio", reconoce indignada.

"No creo que rechacemos clientes porque sí. Una vez ya se han montado en el coche les llevas donde te piden, sea corta o larga la carrera. Ya están dentro", opina.

"Otra cosa es que alguno ponga mala cara, pero es que igual que hay clientes para todos los gustos, tiene que haber taxistas para todos los gustos. ¿O no?".