Alicia se pone un modelito

Los actores y actrices de Réplika Teatro interpretan la famosa obra de ‘Alicia en el País
de las maravillas’, con trajes de Ágatha Ruiz de la Prada. El colorido está asegurado.
Una escena del montaje de Réplika Teatro, Alicia en el país de las maravillas.
Una escena del montaje de Réplika Teatro, Alicia en el país de las maravillas.
Una escena del montaje de Réplika Teatro, Alicia en el país de las maravillas.
El cuento de Lewis Carroll nunca había sido tan fantástico y onírico como en esta adaptación del dramaturgo Daniel Pérez. No en vano, la escenografía y el vestuario nos sonarán nada más verlos, porque son de la original diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada.
La historia, eso sí, es la tradicional. Un conejo que habla por aquí, un sombrerero loco por allá, y todo lo demás. Incluso temas recurrentes de otras obras como el camino de baldosas amarillas o los zapatos rojos de El Mago de Oz. Nos coloca a su protagonista, Alicia, sumergida en un país increíble y fantástico que, en esta versión con algunos cambios importantes, todavía conserva alguno de los personajes de la novela original que ha sido el cuento infantil por excelencia de más de una generación.

Habla con la Liebre de Marzo, con el Conejo Blanco, con la Duquesa y, en general, con casi todos los personajes de la historia conocida. Dice el autor que con ellos «mantiene juegos de palabras y adivinanzas» para hacernos disfrutar durante su famoso viaje.

El espectáculo, muy útil para padres desesperados con el ocio y el tiempo libre de sus hijos estas Navidades, es familiar y está recomendado especialmente para niños entre 4 y 12 años, que son los que más van a disfrutar con la escena diseñada por De la Prada.

* Hoy, en dos funciones, a las 18 y 20 horas en el Auditorio y Centro de Congresos Víctor Villegas de Murcia. 20 euros.

Un cuento millonario

La historia de Alicia en el país de las maravillas está muy presente en el imaginario colectivo de niños y mayores de todo el mundo. Y es una de las narraciones que más pasiones desata entre los mayores que todavía quieren ser niños. De hecho, en 1998, un ejemplar de la primera edición del libro fue vendida en subasta por la suma de 1,5 millones de dólares, convirtiéndose así en el libro para niños más caro jamás vendido. No se sabe quIén lo compró.

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