Pasear por Estocolmo, si el tiempo acompaña, es una auténtica delicia. Más del 30% del área que ocupa la ciudad es agua y otro 30% está formado por parques y espacios verdes, lo que la convierte en una de las capitales más limpias de Europa. Además, tiene el orgullo de ser una de las urbes con más museos por metro cuadrado. En total unos 150 para una ciudad que ronda los 800.000 habitantes.

Su multiculturalidad es otra característica. Se hablan más de 100 idiomas diferentes y su población contiene un 15% de inmigrantes de primera generación, lo que ha infundido a la urbe una energía nueva.

Estocolmo está surcada por vías fluviales y tiene decenas de islas. La Skeppsholmen (Isla de los Museos) y la Gamla Stan (Ciudad Vieja) son las más interesantes. La primera cuenta con el Moderna Museet, una de las muestras de arte contemporáneo más destacas de Europa. El edificio es obra del arquitecto español Rafael Moneo. La Gamla Stam, la parte medieval de la ciudad, se conserva casi intacta desde el siglo xiii.

Naturaleza urbana

Los edificios y paisajes protegidos del Ecoparque han sido testigos de la historia de la ciudad desde el siglo xv. El primer parque urbano del mundo declarado monumento nacional es una zona de esparcimiento para los habitantes de Estocolmo.

En el impresionante cementerio Skogskyrkogården, las lápidas se integran en un gigantesco bosque. Allí está enterrada la actriz Greta Garbo. Este original camposanto ha sido declarado patrimonio mundial de la UNESCO.

En la vanguardia cultural

Desde que el inventor sueco Alfred Nobel impulsó los premios que llevan su apellido, a finales del s.xix, Estocolmo se ha situado en la vanguardia cultural europea, convirtiéndose en un referente literario, cinematográfico y musical. Figuras del séptimo arte como el director Ingmar Bergman o la musa Greta Garbo nacieron en la capital sueca, y la música, desde la clásica hasta el rock, está muy presente en la ciudad.