El acusado del triple crimen en Castellar: "ojalá los familiares pudieran tomarse la justicia por su mano"

El forense del juzgado mantiene que cuando el procesado coge el cuchillo "está clarísimo que sabe a lo que va"

El hombre de 35 años acusado del triple crimen en la localidad valenciana de Castellar en octubre de 2011 ha utilizado su último turno de palabra en el juicio que se sigue contra él en la Audiencia de Valencia para volver a pedir perdón a las víctimas y para decir a los familiares que "ojalá" pudieran "tomarse la justicia por su mano". "Lo único que merezco es morir. Daría mi vida por ellos", ha añadido.

Estas palabras han provocado indignación entre los familiares, amigos y vecinos de los fallecidos y heridos, y se ha llegado a escuchar en la sala alguna frase como "ojalá te hubieras muerto tú antes de matarles". Luego un agente de la Guardia Civil ha tenido que intervenir para que no coincidieran estos familiares con los allegados del procesado, quienes también estaban visiblemente afectados.

No es la primera vez que el hombre —acusado de matar a un hombre, a su hijo de 13 años, y a otra mujer, y de herir a otras dos personas, todas ellas vecinas suyas— se disculpa ante las víctimas. De hecho, ayer mismo, el primer día de juicio, así lo hizo sin que el tribunal le concediera el turno de palabra. Hoy lo ha repetido entre lágrimas.

Momentos antes de pronunciar sus últimas palabras en la vista, las partes han elevado a definitivas sus conclusiones. En su turno, el ministerio fiscal ha introducido una variación, y es que ha eliminado de su escrito la eximente incompleta por trastorno y ha introducido una atenuante analógica mental transitoria, con lo que ha elevado su petición de pena de los 45 años que solicitaba hasta los 69. Por su parte, las otras acusaciones particulares han mantenido la solicitud de 90 años de cárcel, y la defensa la absolución, al considerar que su representado "no estaba en sus facultades mentales" y que se encontraba "intoxicado" por la ingesta de alcohol y cocaína.

Asimismo, durante esta sesión, también han pasado ante el tribunal forenses y familiares y amigos del acusado. En total han declarado cuatro forenses —dos de ellos adscritos al juzgado; otro por parte de la acusación particular; y uno más por parte de la defensa—.

Los dos primeros peritos han coincidido básicamente con el de la acusación en que las lagunas que presenta el procesado "no son trastornos mentales" ni están producidas por intoxicación por cocaína o por la ingesta de alcohol —sobre este último aspecto, el perito de la acusación ha indicado que les consta como acreditado que el hombre se tomó uno o dos botellines, pero no ocho o nueve como él mismo mantuvo durante el juicio—. El acusado también mantuvo en su declaración que consumió un gramo de cocaína.

"lagunas peculiares"

A este respecto, uno de los forenses del juzgado ha explicado que en sus informes valoran "lagunas peculiares", porque estiman que es "peculiar" que "se acuerde de una cosa y no de otra, y todo ello en menos de un minuto". El acusado declaró en el juicio que recordaba haber apuñalado a dos vecinos y haber forcejado con otro, pero aseguró que no se acordaba de haber acabado con la vida del menor ni con la de la anciana de 77 años.

Este mismo forense ha sido luego muy contundente cuando se le ha preguntado si consideraba que el acusado había planificado los crímenes con anterioridad: "cuando coge el cuchillo está clarísimo que sabe a lo que va", aunque ha añadido que desde un punto de vista médico, "lo que pasó por su mente, no lo sé". "Cuando coge el cuchillo es por algo. Todo el mundo sabe las consecuencias al tomar las decisiones", ha dicho, por lo que estiman que no sufrió psicosis alucinógenas.

También ha reiterado que no piensa que el hombre tuviera anuladas sus facultades, puesto que ha puesto como ejemplos que supo resguardar a su hija recién nacida cuando empezó con los crímenes; luego llamó a su madre para pedirle que fuera; se cambió de ropa; cogió las llaves de un vecino, etc.

Sobre esta línea, el forense de la acusación particular ha expuesto que estima probado que el acusado tuvo una "selectividad" a la hora de acordarse de las agresiones, así como "un grado de conciencia". Asimismo, ha reiterado que estima que la intención del acusado era "matar" a Dolores, la mujer a la que dejó el cuidado de su hija recién nacida: "le seguir, le persigue y le busca hasta intentar darle muerte", ha dicho. Para ello, agredió a las personas que se interpusieron en su camino.

Frente a estas tesis, el forense de la defensa ha mantenido que el hombre no tuvo capacidad para controlar sus propias acciones, y ha añadido que "cualquier persona que se le hubiera cruzado habría podido ser objetivo suyo". Al respecto, preguntado por el motivo por el que no atacó a su hija recién nacida, ha dicho que por el "espíritu de supervivencia", que "puede extraporlarse también a los familiares", ha explicado.

Este perito ha expuesto que el hombre presentaba en el momento de los hechos un "síndrome confusional", puesto que distorsionaba la realidad y la veía "como si fuera una película". También ha aludido a su conducta "desorganizada", puesto que actuó sin seguir un orden o una lógica. Y ha concluido que presentaba una impulsividad homicida asociada al consumo de cocaína.

Familiares y amigos

La entonces mujer del acusado —divorciada en febrero de este año— también ha declarado este martes en la vista. Ha explicado que conoce al procesado desde hace 14 años, y ha indicado que "nunca" manifestó una actitud violenta. El día de los hechos ha indicado que no percibió nada extraño en él y que, de hecho, habían hecho planes con amigos para ese fin de semana.

Asimismo, ha señalado que nunca le vio consumir drogas y ha aseverado que no solía beber. De hecho, ha dicho que solía tomar agua en las comidas. La mujer ha afirmado que mantenían una buena relación con sus vecinos, y que ellos eran felices, puesto que acababan de tener a una niña.

Por su parte, la hermana le ha descrito como una persona "excelente", "atenta", "amigo de sus amigos", "familiar", "muy querido", "alegre" y "simpático". También ha mantenido que nunca le vio ningún episodio violento. Su tío ha afirmado que era una persona "trabajadora", "un buen ejemplo" y con un carácter "muy abierto".

Por último, sus amigos han coincidido en que no le vieron nunca consumir droga ni protagonizar ningún acto violento. Asimismo, uno de ellos ha dicho que lo veía "muy emocionado con su niña", y otro ha aseverado que era un "padre ejemplar".

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