Mimar el cerebro en verano: vigilar el calor e hidratarse, sin descuidar medicación y ejercicio

  • Una deshidratación superior al 2% del peso corporal hace que disminuya la concentración, el rendimiento físico y la memoria a corto plazo.
  • Personas con enfermedad neuromuscular pueden ver aumentados sus síntomas.
  • La dieta mediterránea es la que mejor le sienta a nuestro cerebro.
Dos mujeres se protegen del sol con un paraguas en una céntrica calle de Sevilla.
Dos mujeres se protegen del sol con un paraguas en una céntrica calle de Sevilla.
José Manuel Vidal / EFE
Dos mujeres se protegen del sol con un paraguas en una céntrica calle de Sevilla.

El cerebro, como el corazón, también necesita mimos. Y si no, al menos cuidados. En verano, para cuidarlo hay que protegerse del calor, evitar la deshidratación, no descuidar la medicación y realizar ejercicio físico. Estos consejos son especialmente útiles para aquellas personas que padecen algún tipo de enfermedad neurológica.

Son recomendaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Fundación del Cerebro, que aparecen en un decálogo elaborado para pacientes, pero también para la población en general.

"Insomnio, sentir somnolencia al volante o experimentar dolor de cabeza son, tal vez, los problemas más habituales por exceso de calor. Además, la sensación de cansancio y fatiga que nos produce el calor no suele ser buena compañera de muchas patologías neurológicas. Personas que padezcan esclerosis múltiple o alguna enfermedad neuromuscular pueden ver aumentados sus síntomas", explica el vocal de la SEN, Carlos Tejero.

El director de la Fundación del Cerebro, David A. Pérez, recuerda que en adultos sanos una deshidratación superior al 2% del peso corporal hace que disminuya la concentración, el rendimiento físico, la memoria a corto plazo y, por el contrario, aumente el cansancio, el tiempo de respuesta y las cefaleas.

"En personas mayores estos síntomas se hacen aún más patentes. En este sentido, hay que tener especial cuidado con pacientes con demencias u otras enfermedades degenerativas porque pueden tener alterados los mecanismos de control de la sed", apostilla el experto.

Del mismo modo, los especialistas detallan la importancia de que las personas con alguna enfermedad neurológica o que sufren migrañas, cefaleas o epilepsia estabilicen sus horarios de sueño y comida; respetar las tomas y horarios de la medicación durante todo el año; evitar los cambios bruscos de temperatura; y proteger la cabeza cuando se vayan a realizar actividades que puedan dañar esta parte.

Por último, Tejero destaca la necesidad de cuidar la alimentación. "La dieta mediterránea es la que mejor le sienta a nuestro cerebro y, aunque en verano se tiende a realizar ciertos excesos, aumentar el consumo de alimentos ricos en agua, ya que aproximadamente el 20% del agua que ingerimos procede de los alimentos, nos ayudará a estar convenientemente hidratados", asegura Tejero.

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