El acusado de matar a un transexual: "Me lancé a por ella con la maza, fue una vorágine"

  • Se ha celebrado el juicio contra el acusado de matar a un transexual a puñaladas.
  • "La di el mazazo y luego cogí el cuchillo. Fue todo cuestión de segundos", declaró.
  • Asegura que había consumido "porros" y unas 8 ó 10 "copas de whisky-cola".
Interior de un juzgado, en una imagen de archivo.
Interior de un juzgado, en una imagen de archivo.
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Interior de un juzgado, en una imagen de archivo.

El acusado de asesinar a un transexual ha asegurado este lunes en el juicio que no recuerda la forma en la que le asestó hasta doce puñaladas y ha manifestado que, tras asestarle un "mazazo" en la cabeza cuando la víctima se encontraba de espaldas, "todo fue una vorágine" que le llevó a enterrarla en un hoyo de su jardín en cal viva, "como en las películas".

"Me lancé a por ella de frente, ella se giró en un acto reflejo y yo la di por atrás en la cabeza. Desde ahí todo fue una vorágine y cogí el cuchillo", ha señalado este lunes Raúl V.C en su declaración ante un jurado popular. El procesado se enfrenta a 15 años y cinco meses de cárcel por un delito de asesinato.

"La di el mazazo y luego cogí el cuchillo. Fue todo cuestión de segundos", ha agregado el acusado que ha reiterado en numerosas ocasiones que trataba de defenderse de la víctima. "Para mí era como si estuviera en una pelea", ha apostillado.

El procesado ha asegurado que antes de estos hechos, que tuvieron lugar el 14 de octubre de 2011, acudió a dos bares en Montecarmelo, donde consumió "porros" y "entre 8 y 10 copas de whisky-cola". "Me calenté y me apetecía consumir en compañía", ha señalado el procesado, quien ha explicado que, por esta razón, llamó a la víctima, Astrid Carolina L.C, sobre las 4 ó 5 de la mañana del 14 de octubre.

Raúl V.C ha explicado que, después de pasar la noche en casa de Astrid y sobre las 17 horas, ambos decidieron ir a la vivienda del acusado, situada en el Paseo de la Dirección de Madrid, para coger más dinero y "continuar con la fiesta". En esta "fiesta", además del alcohol, se incluía el consumo de cocaína, que el procesado ha apuntado que comenzó a consumir cuando se reunió con Astrid.

"Llegué a casa y me dio el bajón. Entré en la casa, acaricié a los perros y al ver la luz del día empecé a pensar que me había gastado mucha pasta y que no había ido a trabajar. Quería dejar la fiesta y le comunique (a Astrid) que no quería seguir", ha asegurado el acusado, quien ha apuntado que tras comunicarle que la "fiesta" se había acabado, esta le reclamó los 2.000 euros que costaban sus servicios sexuales y comenzó a proferirle una serie de amenazas.

El procesado ha indicado que la víctima tomó un cuchillo de la encimera de la barra americana de su cocina y se lo colocó a 30 centímetros del cuello. "Si no me pagas tú, ya me pagará tu familia", "te voy a arruinar la vida" o "como antes del miércoles no me pagues lo que me debes te rajo a ti y a tus perros" son algunas de las amenazas que Astrid pronunció, según el letrado de la defensa.

Según el procesado, cuando Astrid profirió esta última amenaza se giró con el cuchillo en la mano apuntando a uno de los perros del procesado, que se encontraba a su derecha. Este momento lo aprovechó el acusado para coger una maza de obra, que tenía en el poyete de una ventana que se encontraba tras él. Con ella, propinó a Astrid un golpe en la cabeza.

A partir de aquí, el procesado asegura que no recuerda la forma en la que le asestó a la víctima hasta doce puñaladas. En concreto, estas agresiones se produjeron en la cabeza (región craneal), cuello y tórax. De hecho, según ha precisado la Fiscalía y la acusación particular, las dos puñaladas que el procesado asestó en la cavidad torácica de la víctima causaron una hemorragia interna masiva.

La trasladó al cobertizo con una cuerda

"Para mí todo fue muy inmediato, ella estaba en el suelo y, de repente, dije ¿qué he hecho?", ha manifestado el procesado. Raúl V.C ha explicado que decidió atar una cinta de una bolsa de viaje a modo de cuerda en los pies de Astrid y trasladarla hasta el cobertizo. La Acusación Particular asegura que para facilitar el traslado del cadáver el procesado esparció arena por el suelo.

Ante esta situación, Raúl V.C ha explicado que "lo primero que se le ocurrió" y "tal y como había visto en las películas" era echar cal viva al cadáver de la víctima. "Fui a una tienda de construcción al lado de mi casa, le eché cal viva, cavé un hoyo (de unos 30 ó 40 centímetros) y tapé el agujero con tierra", ha explicado.

Tras esto, Raúl decidió desplazarse a Burgos, desde donde se dirigió a Gerona, donde permaneció en casa de una amigo. Antes de partir, le encomendó a David, una persona que "le hace las obras de casa", que llevara a cabo ciertos arreglos en su hogar, donde todavía había muestras de sangre.

"Le conté una mentira. Le dije que 'el Coco' (uno de sus perros) había matado a otro y que lo había enterrado en el jardín", ha indicado el acusado, que pidió a David que solara el lugar donde había enterrado a Astrid. De esta forma, cuando la policía llevó a cabo la visita ocular de la vivienda encontraron en el hoyo de la víctima "una valla" y "un árbol plantado en el centro", según ha declarado un policía en calidad de testigo.

De esta forma, David limpió también los baldosines manchados con sangre que se encontraban en el cobertizo, mientras que Raúl V.C se desprendió del teléfono móvil de la víctima en la calle de Bravo Murillo., y se deshizo de diversas pruebas en diferentes contenedores de la ciudad.

Confesó 20 días después

El acusado ha explicado que llegó un momento en el que "no podía más" y decidió volver a Madrid desde Gerona para confesar. Así, Raúl V.C se presentó a las 14.45 horas del 2 de noviembre de 2011 en la Comisaría del Distrito de Fuencarral cuando se ignoraba el paradero de la víctima y no recaían sospechas de que él mismo hubiese cometido delito alguno. El procesado confesó haberla matado aportando toda la información a los agentes policiales de servicio.

Para estos hechos, la Fiscalía de Madrid pide 15 años y 5 meses de cárcel por un delito de asesinato con concurrencia de alevosía en el que concurre la circunstancia atenuante de confesión. Además, la Fiscalía pide al procesado que abone 222.917'61 euros de responsabilidad civil al marido de la víctima, Félix Roger o Melisa (también travestí), con el que Astrid se casó el 3 de mayo del 2007.

Por su parte, la acusación particular considera a Raúl V.C culpable de un delito de asesinato con las circunstancias calificantes de alevosía y ensañamiento, lo que hace que su petición se eleve a los 22 años y 5 meses de cárcel. Además, para esta parte, la cifra a abonar en concepto de responsabilidad civil debería ascender a los 800.000 euros.

Para la Defensa no concurren las circunstancias calificantes de delito de asesinato y alega que el procesado es culpable de un delito de homicidio sin consecuencia agravatoria. El letrado de Raúl V.C ha asegurado que la agresión se produjo en defensa propia y ha incidido en que un médico de Zaragoza, donde anteriormente había residido el acusado, realizó un informe en el que explicaba que Raúl V.C sufre un trastorno de bipolaridad.

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