La tradicional 'Rapa das Bestas' de la parroquia de Sabucedo, situada en la localidad pontevedresa de A Estrada, celebra este domingo su día grande en una edición en la que se procede, entre sábado y lunes, al marcaje y rapado de más de 500 caballos —un número superior a los 350 de últimos años—. En ella, han participado unos 25 'aloitadores', con presencia hombres y mujeres, encargados de sujetar a los animales mientras se procede a cortarles las crines.

Esta edición ha estado marcada por el intenso calor, con máximas de hasta 36 grados este domingo, por lo que la organización que corre a cargo de la Asociación Rapa das Bestas se ha visto obligada a cambiar la hora de comienzo del curro del sábado —al pasar de las 19.00 a las 20.00 horas— y a adelantar las del domingo, prevista para las 12.00 horas.

Aún así, en declaraciones a Europa Press, el alcalde de A Estrada, José López Campos, ha valorado como "un éxito" esta edición, y ha remarcado que "una fiesta de prestigio internacional como ésta tiene una repercusión que se debe seguir cuidando".

Esta fiesta de Interés Turístico Internacional se ha llevado a cabo sin incidentes relevantes a pesar de las altas temperaturas y "con un ambiente estupendo", en una celebración que registra tres rapas —sábado, domingo y lunes—.

Así, el regidor ha explicado que los curros, con capacidad para más de 2.000 espectadores, han estado "casi llenos" y ha cifrado que, por la villa, desde el jueves hasta el sábado pasan "unas 50.000 personas".

Sin embargo, a pesar de la climatología adversa, en esta edición se han incrementado el número de caballos rapados que viven en libertad y hay que ir a buscar al monte en rutas de unos 20 kilómetros.

Rapa solidaria lunes

Este año, al igual que el pasado, que tuvo "bastante éxito", la rapa del lunes tendrá fines benéficos, y todo lo recaudado irá a parar a una causa solidaria.

En este caso, lo recaudado irá a una niña llamada Uxía, afectada por una dolencia genética por la que padece agenesia en su brazo izquierdo, por lo que le falta la mano.

HISTORIA

Esta fiesta, declarada de Interés Turístico Nacional en 1963 y de Interés Turístico Internacional en 2007, se remonta al año 1567, al declararse la peste bubónica, tras la cual dos ancianas dejaron libres en el monte dos yeguas que dieron lugar a las primeras manadas. El documento parroquial más antiguo —ya que los anteriores fueron destruidos durante la Desamortización— se remonta a 1682 y alude a la venta de potros y crines, una actividad en la que radica el origen de la Rapa.

El protagonismo de la fiesta, además de los caballos, está en los 'aloitadores' —tanto hombres como mujeres— que, sin más medios que sus propias manos, intentan reducir y dominar al animal sujetándole por la cabeza y los cuartos traseros, para lo que aplican una técnica que consiste en taparles un ojo o, en algunos casos, morderles la oreja. Al derribarlo e inmovilizarlo es cuando se les cortan las crines, que antaño se utilizaban para rellenar colchones y cojines, fabricar escobas o pinceles.

La jornada del viernes está dedicada a reunir a los caballos, separar a los potros y marcar las reses con microchip, en cumplimiento de la normativa autonómica, mientras que las rapas se producen el sábado, domingo y lunes de la primera semana de julio. Anteriormente, los caballos eran marcados a fuego, en el caso de los de titularidad particular, mientras que a "los del santo" se les hacía un corte en una oreja. Esta práctica quedará erradicada porque no era lo más idóneo y producía pérdida de audición a las reses.

Actualmente, en los montes de A Estrada, Forcarei, Cerdedo, Campo Lameiro y Cotobade pastan en libertad y durante todo el año entre 800 y 900 cabezas de ganado equino.