El jurado declara culpable al acusado de matar de 32 puñaladas a su sobrina y expareja

El jurado no aprecia ensañamiento en la muerte y la Fiscalía rebaja su petición de cárcel por el asesinato de 25 a 20 años

Un jurado popular ha declarado culpable de asesinato a Fernando F.G., el hombre acusado de matar de 32 puñaladas a su sobrina y a la vez expareja sentimental en la localidad sevillana de Marchena, sobre la que tenía una orden de alejamiento de 200 metros en el momento de los hechos, ocurridos en diciembre de 2011, según han informado a Europa Press fuentes del caso.

En un veredicto hecho público en la mañana de este viernes en la Audiencia Provincial de Sevilla, el jurado ha considerado culpable también al acusado de un delito de asesinato en grado de tentativa, pues considera que antes de matar a su sobrina apuñaló en el cuello al novio de ésta "con ánimo de acabar con su vida", y del delito de quebrantamiento de condena.

El jurado ha visto probado que los hechos tuvieron lugar el 17 de diciembre de 2011, cuando el acusado le pidió a un amigo que fuera a la casa donde vivía su expareja a fin de que recogiera a la hija de tres años que ambos tenían en común, ya que la orden de alejamiento se lo impedía.

El amigo del imputado fue a la vivienda pero no encontró allí a nadie, lo que motivó que el acusado se dirigiera hacia la casa y se escondiera con un cuchillo de cocina en una de las habitaciones del inmueble, donde se quedó esperando hasta que llegó su sobrina con su entonces novio.

Cuando el novio entró en la habitación donde se encontraba el acusado, éste le propinó una puñalada en el cuello "con ánimo de acabar con su vida" y de forma "súbita y sorpresiva", para seguidamente propinar dos puñaladas a la víctima, a la que dejó malherida y tirada en el suelo de la cocina.

A continuación, el acusado llevó a su hija a casa de unos vecinos, a los que confesó que había matado a su mujer, y se dirigió a un bar, donde le comentó eso mismo a sus amigos, tras lo que volvió a la vivienda y "apuñaló una y otra vez" a su expareja sentimental, a la que asestó finalmente 32 puñaladas con once cuchillos distintos, seis de los cuales se rompieron.

Por el contrario, el jurado ha considerado no probado que el acusado quisiera aumentar de forma "deliberada e inhumana" el dolor de la víctima, pues "su finalidad exclusiva" era acabar con su vida. Además, ha visto no probado que sus facultades se vieran mermadas por la ingesta de cervezas previa.

Tras ello, y visto que el jurado no ha apreciado la agravante de ensañamiento, la Fiscalía ha rebajado de 25 a 20 años su petición de cárcel por el delito de asesinato, mientras que ha solicitado once años de prisión por el delito de asesinato en grado de tentativa y un año de cárcel por el delito de quebrantamiento de condena.

De su lado, el abogado de la defensa ha interesado que se imponga a su patrocinado la pena mínima legalmente prevista y ha anunciado que recurrirá la sentencia.

En su declaración en el juicio, el procesado reconoció que mató a su sobrina tras propinarle varias puñaladas, aunque dijo no recordar cuántas veces lo hizo ya que se encontraba "bajo los efectos del alcohol" después de haber ingerido entre 25 y 30 cervezas, y por ello, "no fue consciente de lo que hacía, pues se volvió loco".

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