Los cláxones de los coches se cuelan por la línea telefónica con tal fuerza que las distancias geográficas entre España y Egipto se relativizan. La línea móvil está colapsada y requiere paciencia. La fija, tras un par de intentos, funciona con cierta normalidad. Y al otro lado del aricular, claramente perceptibles, los ecos festivos de un pueblo feliz. "De verdad, está feliz, se saluda y se felicita", le cuenta a 20minutos.es Carmen Álvarez, una gallega de Santiago de Compostela que trabaja como profesora de español en El Cairo, donde reside permanentemente desde hace más de un año y llevaba alternando con España otros tres. "¿Recuerda esa sensación festiva que hubo en las calles cuando España ganó la Eurocopa del 2008? Pues ese mismo ambiente, pero multiplicado por cien. Una explosión de júbilo como no he visto otra cuando los militares hicieron el anuncio. Aunque no en los Hermanos Musulmanes, claro".
Cláxones, explosiones pirotécnicas e incluso manifestaciones guturales varias aderezan el ambiente en la noche de El Cairo. "Una noche feliz", insiste Carmen, de formación médica: "Es que la gente estaba muy harta, pasando fatigas. Con cortes diarios de luz. Y sin luz no hay agua porque muchas bombas son eléctricas. Falta la comida y también lo ha hecho el combustible. Imaginad lo que es esto en una ciudad enorme sin apenas transporte público, donde el coche es básico. Mucha gente no podía ir ni a trabajar o tenía que recurrir al mercado negro, donde se pagaba tres veces más su precio habitual". "Las manifestaciones", añade, "comenzaron como una protesta anti Morsi, eran pacíficas. La gran ola violenta arrancó con la defensa agresiva de los Hermanos Musulmanes". Álvarez destaca cómo el país intenta seguir adelante con normalidad: "Hay una predisposición clara para que no haya ninguna violencia, aunque con tanta gente es muy difícil de evitar. Lo que se cuenta fuera es bastante diferente a la realidad. Me sorprende".
La gente ha visto respaldadas sus exigencias hasta en el clima. Las altas temperaturas de la pasada semana, los 40-42 grados de los últimos días, se atenuaron en las jornadas de manifestaciones, descendiendo hasta los 36. "Los egipcios contaban que esa bajada de temperaturas venía de las brisa que alimentaba el ondear de tantas banderas del país presentes en las manifestaciones", narra Álvarez. Y prosigue: "El ejército no ha tomado la iniciativa por sí mismo en su ultimátum. De hecho actuó con el visto bueno de diferentes sectores que se han reunido. La percepción que el pueblo tiene del ejército, que es una institución muy independiente en el sentido de que funciona de forma autónoma, es muy positiva. Morsi no tenía ni apoyo militar ni policial y en las manifestaciones había miembros de ambos, incluso uniformados".
El gobierno provisional toma el poder durante un período temporal que, indica Álvarez que ha sido difundido por los medios de comunicación, se ha fijado en los tres meses contando desde este miércoles. "Pero no creo que les dé tiempo a cumplirlo. ¿Posible? Sí. Pero no lo veo, porque tienen mucho trabajo por delante y también se acerca el ramadán, algo que en muchos aspectos paraliza el país".
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios