El plenario de la Cámara de Diputados de Brasil cedió este martes ante las presiones y protestas en las calles y decidió archivar el polémico proyecto conocido como "cura gay", que pretendía considerar la homosexualidad como enfermedad y facultar a los psicólogos para orientar su tratamiento.

Los diputados aprobaron la petición del propio autor del proyecto, el legislador opositor Joao Campos, quien sugirió archivar la iniciativa, después de las manifestaciones en contra de ella en las calles y que tomaron más fuerza con la ola de protestas sociales que vive Brasil desde el pasado 10 de junio.

El proyecto pretendía derogar la resolución del Consejo Federal de Psicología, órgano colegiado que regula el ejercicio de esa profesión, que impide a los psicólogos tratar la homosexualidad como enfermedad y sanciona al profesional que emita declaraciones homofóbicas.

Por el Reglamento Interno de la cámara baja, una propuesta en ese sentido no podrá presentarse más durante este año, pero en el próximo puede volver a tramitación en el Congreso por iniciativa de cualquier diputado.

El presidente de la Cámara, Henrique Eduardo Alves, había calificado la propuesta como un asunto con "prejuicio, inoportuno e inconveniente" y se manifestó contrario a una eventual aprobación.

El titular de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías de la cámara baja, el pastor evangélico Marco Feliciano, prometió que la base religiosa en el Legislativo elaborará un nuevo proyecto en ese sentido para ser encaminado al Congreso.

La de Feliciano fue una investidura polémica, pues colectivos como el LGBT consideraban insultante que un pastor evangélico estuviera al frente de la Comisión de Derechos humanos.

La salida del proyecto de la agenda de votaciones fue la segunda victoria con contundencia en el Congreso por parte de las presiones populares.

La semana pasada, el Proyecto de Enmienda Constitucional (PEC) 37, que pretendía retirar las facultades de investigación criminal al Ministerio Público, dejándolas sólo para las Policías Civil y Federal.

Ambas propuestas habían pasado la evaluación de comisiones legislativas específicas, pero las dos tuvieron una repercusión negativa en la sociedad y ganaron espacio dentro de las protestas populares, incluso con marchas que piden la salida de Feliciano de la Comisión de Derechos Humanos y Minorías de la cámara baja.