Rusia lanzó el miércoles un cohete Soyuz-2 para colocar en órbita el satélite astronómico europeo Corot, destinado a la detección de planetas extrasolares y la exploración de la composición interior de las estrellas.
Agregó que para ello, el Fregat pondrá en funcionamiento en dos ocasiones sus propulsores, y 50 minutos después del lanzamiento se separará a su vez del satélite.
Inicialmente el lanzamiento estaba previsto para el pasado día 21, pero una fuga detectada en una membrana de un depósito en el cohete Soyuz motivó el aplazamiento del despegue hasta el día 27.
Participación española
La misión, calculada para un plazo de dos años y medio, está a cargo de la agencia espacial francesa (CNES) con participación de la Agencia Espacial Europea (ESA), Brasil, España, Alemania, Austria y Bélgica. Corot es el acrónimo de "Convección, Rotación y Tránsitos planetarios" ya que el satélite es capaz de explorar el interior estelar estudiando las ondas acústicas que atraviesan la superficie de las estrellas, una técnica llamada astrosismología.
El científico coordinador de la participación española, Rafael Garrido, del Instituto de Astrofísica de Andalucía en Granada, ha explicado que la colaboración española "es considerable" y está "al mismo nivel" que la de la ESA, "tanto en sentido económico como de personal científico".
España aporta cinco científicos coinvestigadores, sobre los que recae toda la responsabilidad del trabajo, y además están implicados otros 15 ó 20 investigadores.
En la misión participan también "los institutos de astrofísica más importantes" de España, es decir, el de Canarias, el de Granada, la Universidad de Valencia, el Laboratorio de Astrofísica y Física Fundamental de Madrid y la Universidad de Barcelona.
En cuanto a la participación industrial, se ha centrado en la construcción del centro de control de la misión, que está en Francia.
Astrosismología
Los dos objetivos científicos que tiene la misión Corot, es decir, la búsqueda de exoplanetas (planetas extrasolares), de los que desde 1995 se han censado 200, y la exploración del interior de las estrellas, se basan en la medición de las variaciones de luminosidad (tránsitos).
El Corot lleva dos cámaras, una para hacer observaciones de gran precisión para astrosismología, y otra, para detectar planetas que pasen delante de sus estrellas.
Se trata de un minisatélite, con un telescopio de apenas 30 centímetros, porque el objetivo es tener un gran campo de visión y medir al mismo tiempo gran número de estrellas, alrededor de 120.000.
Gira alrededor de la Tierra, a algo más de 800 kilómetros, y apunta a una región del cielo durante seis meses seguidos, luego tiene que cambiar para que no le dé el Sol, es decir, "no va a ningún sitio, sino que da vueltas alrededor del planeta de forma inercial".
Gracias a esta misión se adquirirán datos de otros sistemas planetarios "porque ahora -dijo Garrido- sólo existe el ejemplo del nuestro, y así es difícil contrastar teorías sobre su formación", lo mismo que ocurre con el Sol.
Este proyecto es pionero en el mundo aunque ya está previsto que en 2008 siga con esos mismos trabajos el programa norteamericano, el Kepler.
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