Doce intoxicados y 50 evacuados tras incendiarse una tele

El aparato sufrió un cortocircuito pasadas las 2 de la mañana de ayer y se propagó una densa humareda por todo el edificio.
Ángela Antolín Barrio, ayer, junto a su hermana, tras el incendio.
Ángela Antolín Barrio, ayer, junto a su hermana, tras el incendio.
Ángela Antolín Barrio, ayer, junto a su hermana, tras el incendio.
Algo tan habitual como dejar el televisor en standby  puede provocar un incendio, si por medio se produce un cortocircuito. Así lo comprobaron ayer de madrugada los 50 vecinos evacuados del número 4 de la calle Antonio Agustín en el centro histórico de Zaragoza.

Hacia las dos de la mañana, la combustión del televisor de una de las viviendas del segundo piso generó un humo muy denso que, después de asolar el salón y la cocina, se extendió por todo el inmueble. Doce vecinos tuvieron que pasar la noche en urgencias afectados tras la inhalación de humo, aunque fueron dados de alta a lo largo del día de ayer.

Una de las inquilinas del inmueble relataba que «me desperté cuando mi vecina llamó al timbre y empezó a gritar que su casa se quemaba. Llamó a los bomberos desde aquí y al dejar la puerta abierta, el humo se extendió por todo el rellano».

Los vecinos de las dos primeras plantas bajaron a la calle sin dificultad, pero para los que viven en las dos plantas superiores, la noche fue más agobiante. El humo ascendió rápidamente creando mucha confusión. Como la vivida por Gloria. «Me entró una angustia muy  grande, pensamos que había fuego y corrí  hacia la escalera. El humo era  tan denso que me impedía  ver  y caí  rodando por  las escaleras. He  pasado la noche en observación y con oxigeno.»

Todos los vecinos coincidían en destacar la labor de los bomberos tanto en su rápida actuación, como en la forma de transmitir tranquilidad.  A pesar del susto vivido, algunos de los vecinos del inmueble aun tenían sentido del humor y aseguraban haber reconocido a uno de los bomberos protagonistas del calendario benéfico del cuerpo. Concretamente al  del mes de enero.

Ya han empezado los trámites para que el seguro se haga cargo de los daños sufridos, aunque según la presidenta de la comunidad, no han sido demasiados.

Calma cuando no se puede correr

La familia Antolín Barrio, que habita un piso de la cuarta planta del inmueble del incendio, vivió con calma el incidente de ayer. Sellaron la puerta con cinta aislante y colocaron toallas en las rendijas, además, abrieron las ventanas para respirar mejor. Pero para Ángela, una de las hijas, fueron momentos de angustia. La joven vio desde su silla de ruedas cómo se extendía el humo por el piso. El sosiego de su madre y hermanas, así como el de los bomberos, le ayudó a sobrellevar la situación. Ayer insistía en la necesidad de planes de evacuación para dependientes.

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