«Se ha reducido mucho en los últimos años, pero yo soy optimista y espero que se aminore aún más», explica el secretario provincial de UGT, Mariano Carranza.

Empleadas del hogar

Una buena parte de esta economía sumergida se centra en los inmigrantes –sobre todo en el sector agrícola– y en las empleadas y empleados del hogar. «El problema es que es muy complicado controlar y se necesita mano dura y sanciones ejemplares para erradicarlo», comenta Carranza, antes de añadir que también se ha detectado la falta de contratos en algunas peonadas de albañiles que se dedican a realizar obras para particulares.

Los inspectores

Para acabar del todo con este fraude, todas la miradas apuntan a la Inspección de Trabajo. «Ellos han jugado un papel importante en la disminución de este fenómeno, pero es necesario que aumenten las denuncias de particulares y la formación».

Competencia desleal

La economía sumergida acrecienta la competencia desleal entre empresarios y la falta de solidaridad con los ciudadanos que pagan a la Seguridad Social.