El ex dictador chileno Augusto Pinochet justificó en una carta póstuma el cruento golpe militar que lo llevó al poder en 1973, pero lamentó los dolores que provocó, por lo cual, si se repitiesen las circunstancias de entonces, volvería a hacerlo, pero "con mayor sabiduría".
Los directivos de la fundación decidieron que fuese publicado el domingo, por constituir, a su juicio, "un mensaje de unidad hacia los chilenos" y por su valor histórico.
El mensaje está dirigido a los chilenos "sin excepción" y Pinochet expresa su deseo de que sea difundido tras su muerte, ocurrida el pasado 10 de diciembre.
"Amo a la Patria; amo a todos ustedes. Por amor se pueden hacer muchas cosas buenas y muchas malas. Acertadas y erróneas. Yo nunca imaginé entrar a la gran historia de mi país, pero así ocurrió", sostiene.
Tras considerar que una guerra es "lo peor que le puede ocurrir a una sociedad", Pinochet afirma que la "mayoría de la población se inclinaba por eliminar la imposición de una dictadura marxista", en alusión al gobierno de Salvador Allende.
Agrega que hubo que actuar "con máximo rigor" hasta conjurar cualquier extensión del conflicto que se anunciaba, pues de lo contrario, la acción militar hubiese terminado en un fiasco, que habría "provocado en el pueblo por muchos años consecuencias negativas en extremo dolorosas".
Sobre esa base, argumenta que fue preciso "emplear diversos procedimientos de control militar, como reclusión transitoria, exilios autorizados, fusilamientos con juicio militar".
"No se puede descargar con simpleza la responsabilidad de un sinnúmero de extralimitaciones porque no hubo un plan institucional para ello. Los conflictos graves son así y siempre serán así: fuente de abusos y exageraciones", justifica.
Sostiene en seguida que actuó "con rigor pero con mucha más flexibilidad que la que se me reconoce, por lo que yo siempre me refería a una 'dictablanda'".
"Cómo hubiese deseado que el presidente Allende no hubiere incubado en su ideario el propósito de transformar a nuestra Patria en una pieza más del tablero dictatorial marxista!", argumenta Pinochet.
"Yo voy a misa y comulgo. Nunca dejo de pensar en las heridas abiertas", dice más adelante y asegura que le gustaría "andar en las calles, saludando, consolando, ayudando".
Su acción, acota, también estuvo encaminada "a que mi entrañable Patria fuera una gran nación".
"De eso, nunca dudaré, sin una pizca de vacilación. De repetirse la experiencia hubiere deseado, sin embargo, mayor sabiduría", concluye.
Según la fundación Pinochet, el texto original, escrito a máquina, será exhibido en un futuro museo que se proyecta levantar.
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