Las labores de drenaje de charcas localizadas en el argayo registrado en Camaleño ya han comenzado, al tiempo que continúa el deslizamiento de tierra, que ha obligado a limitar la circulación de vehículos entre Mogrovejo y Los Llanos y mantiene la situación de desalojo en esta última localidad.

Según el último informe de los técnicos, difundido por el Gobierno de Cantabria, el deslizamiento sigue activo, y presenta velocidades de movimiento en superficie similares a las medidas estos días.

Sin embargo, todavía no se ha podido medir el deslizamiento en el flanco derecho, pero se ha constatado la presencia de grietas abiertas tanto en el terreno como en la carretera de acceso, así como roturas en árboles en los alrededores del frente activo.

El análisis de las grietas aparecidas sigue indicando que el argayo mantiene las dos componentes de movimiento detectadas, siendo mayor la intensidad de desplazamiento en la dirección al barranco conocido como la Argayada.

Así, el nivel de amenaza asignado para la localidad de Los Llanos se mantiene, al igual que la situación de desalojo y las recomendaciones en relación al acceso controlado. Por ello, dada la persistencia del nivel de riesgo para el barranco de la Argayada, se recomienda limitar el tránsito nocturno y diurno de vehículos entre Los Llanos y la localidad de Mogrovejo, así como mantener el sistema de alerta establecido en la CA-185.

Drenaje charcas

Por otra parte, expertos y técnicos han comenzado las tareas de reconocimiento del terreno para determinar el emplazamiento de los sondeos de rotación, que se acometerán mas adelante, como apoyo a la campaña de prospección geofísica proyectada.

También se han iniciado las labores de drenaje en las charcas de agua en el cuerpo del deslizamiento y que se localizaron mediante imágenes tomadas con el helicóptero el pasado jueves, comprobándose posteriormente su ubicación y profundidad aproximada.

Para ello, se han instalado motobombas de achique pertenecientes al Parque de Emergencias de Tama en algunas de las charcas más próximas a la punta del flujo de derrubios. Se han registrado achiques de 17 litros por segundo que se vierten por mangueras, pendiente abajo, hasta las proximidades del río Deva.

Paralelamente, se ha comenzado el diseño de drenajes y planificación de las actuaciones necesarias para su ejecución. Dichas tareas se han emplazado dentro del barrio de Sebrango, en la margen izquierda de la cuenca.