Valencia recibió el año pasado un total de 151 solicitudes de asilo, un 20% menos que en 2011, situándose como la cuarta provincia española con más demanda, por detrás de Madrid, Barcelona y Ceuta. En Alicante se registraron 33 peticiones frente a las 40 del año anterior, mientras la provincia de Castellón sube de cero a una única solicitud. Entre todas ellas, han aumentado las de personas que vienen huyendo de los conflictos de Siria y Mali.

Así se pone de manifiesto el informe 2013 de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado presentado este jueves en diversas ciudades españolas con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas y que en Valencia han dado a conocer dos abogados de la Comissió d'Ajuda al Refugiat PV (CEAR), Jaume Durà y Daniel Sanjuan. Ambos ven con "bastante preocupación" este descenso de solicitudes, que en España ha alcanzado "mínimos históricos" y ha registrado la cifra más baja en los últimos 25 años, en total 2.580 peticiones, frente a su aumento en el conjunto de la Unión Europea.

A su entender, países como España, Italia o Grecia se han convertido en 'los gendarmes de Europa' con políticas de "bloqueo y externalización de fronteras" que ponen la vigilancia cada vez más lejos de sus fronteras, "trasladándolas" a las costas y fronteras de los países de tránsito y de origen de las personas que buscan asilo y protección. Un "uso perverso del sistema" que dificulta la llegada de personas necesitadas de Protección Internacional, ya que si no se alcanza la frontera, no se puede pedir asilo, han advertido.

Por su lugar de presentación, en los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) de la Comunitat se presentaron 160 solicitudes, 28 de ellas en el de Zapadores, "lo que tan sólo representa alrededor del 2% del total de las 1.205 personas que fueron privadas de libertad en este centro de Valencia", han lamentado desde CEAR, ya que, según calculan "un 20% de las personas que son retenidas en los CIE se encuentra en situación de desprotección internacional".

Así, han reclamado un servicio de asistencia jurídica en el CIE de Zapadores, al igual que el existente en Madrid, y reiterado a la Subdelegación del Gobierno su necesidad, pues en la mayoría de las ocasiones, los agentes policiales "ni ofrecen" la posibilidad de solicitar asilo a los inmigrantes, a lo que se suma el handicap del idioma y que, según la normativa, hay que pedirlo por escrito, han criticado.

"devueltos al barco"

En cuanto a los polizones que llegan al Puerto de Valencia, CEAR detectó siete personas que llegaron en tres buques diferentes a lo largo de 2012. Seis de ellos declararon afirmaron ser de nacionalidad siria pero "sólo" uno tuvo asistencia de abogado, pudo desembarcar y solicitar asilo, "lo que demuestra que persiste la negativa a proporcionar la preceptiva asistencia letrada", han censurado. Por ello, CEAR exige la modificación de la normativa que afecta a las personas que huyen de sus países y llegan escondidas en los buques como polizones.

En un primer buque de Argelia, cinco polizones escondidos en un contenedor declararon ser de nacionalidad siria y menores de edad. Posteriormente la Policía determinó que no eran procedentes de Siria ni menores y los devolvió la buque, pese a que es la Oficina de Asilo la que tiene la competencia en este ámbito de actuaciones, ha puntualizado desde la organización.

El barco continuó su recorrido a Barcelona, donde CEAR pidió que fueran atendidos por una letrada pero no se les proporcionó. La entidad llevó los hechos al Defensor del Pueblo, que continua con su tramitación.

El 26 de diciembre, otro buque procedente de Tánger con un polizón que dijo ser menor. También fue reingresado al barco. Dos días más tarde, el 28 de diciembre, en un barco italiano que venía de Turquía, llegaba otro polizón de Siria. CEAR "tuvo tiempo de presionar" a las autoridades para que se le diera asistencia letrada, y esta vez, sí pudo solicitar protección internacional en Valencia.

Tanto en el resto de España como en el de la provincia valenciana, Durà ha llamado la atención sobre el aumento de solicitudes de países en conflicto como Siria y Mali, ante el recrudecimiento de la guerra y la persecución que allí se vive.

El caso de nayef:

"me negaba a matar a nadie de ningún bando"

Entre ellos está Nayef, palestino nacido en Siria, en una tercera generación de refugiados. Según ha recordado, su abuelo llegó a un campo de refugiados de Damasco (Siria) en 1948, huyendo de la primera guerra con Israel. Allí nació su padre y más tarde nacería él. Vinculado al mundo de las ONG, Nayef trabajaba con una asociación que acogía a refugiados sirios hasta que acabó sus estudios de ingeniería y ya no pudo prorrogar más el servicio militar.

Iba a ser reclutado forzosamente para combatir en la guerra. "Me negaba a participar en la guerra y a matar a nadie de ningún bando", ha relatado.

En su caso, se puede sentir "afortunado", ha dicho, porque gracias a trabajar con ONG había salido varias veces del país y había vuelto y le fue fácil conseguir un visado para salir. "Pero muchos familiares y amigos no han podido", intentan llegar a otras fronteras o pagan importantes cantidades de dinero a las mafias que trafican con personas "para nada", ha lamentado.