El 60% de los bares, aún sin el mando de vender tabaco

Faltan 10 días para que sea obligatorio activar la máquina expendedora para cada cliente. Los hosteleros vizcaínos creen que esta es «una pega más».
La adaptación de las expendedoras consiste en instalar un receptor en la máquina que se activa con un pequeño mando a distancia.(Begoña Hernández)
La adaptación de las expendedoras consiste en instalar un receptor en la máquina que se activa con un pequeño mando a distancia.(Begoña Hernández)
La adaptación de las expendedoras consiste en instalar un receptor en la máquina que se activa con un pequeño mando a distancia.(Begoña Hernández)
Quedan pocos días para terminar el año y la mayoría de los bares de Bilbao no han adaptado sus máquinas de tabaco. De hecho, de seguir así, sólo cuatro de cada diez establecimientos podrían vender tabaco legalmente el día 1 de enero. Ese día entra en vigor la ley por la que los camareros tendrán que activar la máquina con un mando a distancia cada vez que un cliente quiera sacar una cajetilla. El objetivo de esta normativa es evitar que los menores compren cigarrillos en los locales.

Aun así, se espera que para antes de Nochevieja, muchos hosteleros se decidan a adaptar sus máquinas. «Esperamos una petición masiva en los últimos días del año», explica Iñaki González, responsable de marketing Azkoyen, una de las que más expendedoras distribuye en Vizcaya. A las empresas encargadas de realizar los cambios, no obstante, no les preocupa excesivamente la acumulación de trabajo. «Estamos preparados, ya que podemos adaptar muchas al día y pensamos trabajar sábados y domingos hasta fin de año», dicen.

«Rizando el rizo»

Por su parte, los hosteleros no comprenden muy bien la nueva normativa. «Parece que desde el Gobierno central pretenden rizar el rizo; esto es poner una pega más», señala Ángel Gago, presidente de la Asociación de Hosteleros de Vizcaya. Sin embargo, la ley es la ley y hay que cumplirla; «nosotros hemos mandado una carta a todos los asociados recordándoles que deben adaptar las máquinas, pero luego cada uno hará  lo que crea conveniente», indica Gago.

Si no hay mando, no hay cigarrillos

La adaptación de las expendedoras consiste en instalar un receptor en la máquina que se activa con un pequeño mando a distancia. En realidad, la máquina permanece encendida, pero no acepta las monedas hasta que no es activada con el mando. En la imagen, un empleado del restaurante Lasa, en la calle Diputación, muestra el nuevo funcionamiento.  foto: begoña hernández

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