La Ertzaintza desaloja a los funcionarios del Palacio de Justicia

Los huelguistas se encerraron en las sedes de Bilbao, Vitoria y Donostia. La subida de tono del conflicto aleja la solución.
Un funcionario es expulsado por la Ertzaintza del Palacio de Justicia de Bilbao.(U. E.)
Un funcionario es expulsado por la Ertzaintza del Palacio de Justicia de Bilbao.(U. E.)
Un funcionario es expulsado por la Ertzaintza del Palacio de Justicia de Bilbao.(U. E.)
El conflicto en Justicia se tensa. Los funcionarios vascos en huelga desde hace nueve semanas se encerraron ayer en los palacios de justicia de Bilbao, Donostia y Vitoria. Les desalojaron a todos, pero la estampa de los trabajadores sacados en volandas por la Ertzaintza ya demuestra que el problema va para largo, y a peor.

En Bilbao, varias decenas de funcionarios entraron a primera hora de la mañana al Palacio de Justicia. Llevaban sacos de dormir y barras de pan bajo el brazo. La idea era quedarse varios días dentro para presionar al Gobierno vasco.

Sin embargo, otros muchos funcionarios se quedaron fuera. Para cuando quisieron entrar, 10.30 horas, la Ertzaintza ya había bloqueado la puerta y estaba a cara de perro. Tras tres horas de trajín entre Policía y representantes sindicales, los agentes sacaron uno a uno a los funcionarios de dentro del edificio, por orden del juez decano de Bilbao, Alfonso González. La resistencia apenas excedió de la pantomima para la foto.

Una historia repetida en los otros dos intentos de encierro de Vitoria y Donostia. Los sindicatos acusan al Departamento de Justicia de intentar que «la huelga muera de cansancio». Pero los huelguistas parecen inasequibles al desaliento. Hoy les veremos protestando en Santo Tomás para exigir cobrar lo mismo que el resto de funcionarios vascos.

«Horra, horra, gure Azkarraga»

Tras una hora de encierro en el Palacio de Justicia, los funcionarios llamaron a un bar para que les subiera pinchos. Todos aplaudieron. También entonaron: «Horra, horra, gure Azkarraga», introduciendo en la canción del Olentzero al consejero de Justicia, Joseba Azkarraga. La protesta fue distendida. Una joven ajena al conflicto salió del edificio. «¡Es una esquirola!», todos gritaron. «¿Yo? Pero si he venido a por un papel», dijo riendo.

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