Álvaro Pombo: "Lo elegante es apartarse del mundo"

  • El académico acaba de publicar 'Quédate con nosotros, Señor, porque atardece'.
  • Una novela en la que un monje trapense se suicida y un periodista lo cuestiona.
  • "El 15-M está bien, pero no basta con un anhelo del corazón", señala el escritor.
El escritor Álvaro Pombo
El escritor Álvaro Pombo
Jorge Paris
El escritor Álvaro Pombo

Excéntrico, sarcástico pero serio, poco complaciente aunque educado y amable, Álvaro Pombo, a sus casi 74 años, vuelve a meterse en terrenos polémicos en su última novela Quédate con nosotros, Señor, porque atardece (Destino). En este caso el mundo de la fe a través de unos monjes trapenses; un asunto desde luego complejo en nuestros tiempos. Uno de los monjes se suicida y el resto tratan de ocultarlo, pero hay quien cuestiona la manera en que ha muerto el monje y todo se revuelve.

Potente y original punto de partida el elegido por el autor de El temblor del héroe, para tratar no sólo la fe o sobre todo su falta, sino su cuestionamiento y su dificultad. Temeroso de que no se entienda como pretende su aproximación a la citada crisis, la soledad y el abandono, así como el tratamiento de la muerte y la tristeza de no poder creer aun queriendo..., lee, a lo largo de la charla, diversos fragmentos de su novela.

"Se escribe para entrar en la feria de las vanidades y publicar es un impulso de la vanidad", dice uno de sus personajes. ¿Coincide o cree que es el argumento al que se aferran quienes no han logrado publicar?

Creo que es verdad, todos queremos entrar en el comercio de la literatura. Es un impulso de la vanidad en busca del reconocimiento. Y eso es el contrapunto a la vida de los monjes de clausura de mi libro, porque en sus vidas las palabras ya están hechas: son la palabra de Dios.

¿Por qué unos monjes trapenses y ese ahondamiento en el mundo religioso?

Tengo tanto interés en ese tema como en cualquier otro. La historia de las religiones es tan antigua como el hombre. Una constante en los hombres. La pregunta quizá sea: ¿puede haber una oración específicamente religiosa individual? Mi respuesta es no.  Y hablo en un mundo occidental, de la fe cristiana. Cuando tuvo lugar la Reforma de Lutero se podía prescindir de la Iglesia para ir a la Biblia y a Dios directamente. El inconveniente: el aislamiento del individuo. Por eso hubo tantas conversiones de luteranos al cristianismo, por la soledad que provocaba el luteranismo.

¿Quiere decir que las instituciones son fundamentales para la religión y los creyentes?

Quiero decir que sirven pero que también se interponen entre el hombre que busca y el dios buscado. Pero vuelvo a la oración, me interesaba seguir la oración específicamente católica como hacen los monjes de clausura.

En la presentación del libro dice que es "muy chic" ese mundo de clausura...

Porque lo elegante es apartarse del mundo. Lo elegante es el distanciamiento. Para poder salvar las distancias, primero hay que guardarlas. Abalanzarnos unos encima de otros no sirve para salvar las distancias ni tener mil contactos en Internet sirve para tener un amigo.

¿Un mundo de mentira?

Vivimos en un mundo engañoso: hablamos virtualmente, nos relacionamos a través de una performance, ponemos una foto de nuestro perro...

¿Reivindica tal vez por ello un distanciamiento real, físico?

Sí, y es lo que procuro también en mi libro, un elogio del distanciamiento, pero no para liberarnos sino para incluirlo en un espacio de acpetación del mundo. Pero vamos que mi novela es optativa, como la religión.

Bueno, no sé yo cuánto le queda de optativa a la religión... Además ahora cuenta para la nota

Pues mejor, mi novela es entonces obligatoria. Como la religión. A ver si así logro corra el mismo destino que la religión.  Ahora en serio, lo que me gustaría es que la gente leyera este libro con extrañeza y asombro. Creo que es bueno que se empiece a leer así. Con la misma extrañeza con que miramos, por ejemplo, a los musulmanes rezando cinco veces al día. Porque eso nos extraña, ¿y cuál es la razón? Porque vivimos en un mundo occidental laico. El hombre en el Renacimiento dejó de sentirse tutelado por Dios, lo que logró que el hombre volviera a ser dueño de sí mismo.

Y ahora viene el 'pero' supongo...

Claro, empezaron a inventar técnicas para viajar a la luna y hablar por el móvil pero al mismo tiempo se perdía la autonomía. Somos a la vez uno mismo y al tiempo estamos perdidos en estructuralismos que nos alienan.

¿Practica usted el aislamiento del que habla?

Yo soy muy sociable, la verdad, pero tengo poca vida social.

¿Se cansó de tanta feria?

Bueno, no soy tan radical ni tan puro como para separarme de la vida social de ese modo. Es más que me levanto pronto y me acuesto pronto y estoy cansado. Guerra decía: no soy amigo de mucha gente porque no salgo a tomar copas. Yo no lo hago desde hace tiempo así que hay una vida social que no hago. Además puede ser la vida social muy inauténtica. Uno con los años va siendo quien es y ya estás de vuelta en ese mundo de las apariencias. Y no lo digo como algo peyorativo. Todos necesitamos reconocimiento.

Pone usted el dedo en la llaga: un monje que se suicida...

Es que es un monje que no puede ya con la vida y se suicida. Dios y religión son estructuras peligrosas.

¿El mayor peligro?

No poder con ello, elegir contra uno mismo, la no continuación.

Ya que su libro trata el tema... ¿Qué es la fe?

La entrada de las certezas subjetivas y el sentimiento.

¿Y qué le parece el asunto de curas exorcistas por el supuesto aumento de endemoniados en España?

Muy absurdo. Es tan descabellado... Pero si a lo que se llamaban endemoniados se les había incluido ya en categorías psiquiátricas. En mi libro no hay endemoniados, ¿eh?

Como académico que es, ¿quién falta en la Academia?

Chicas. Hasta que tengamos el cupo, ¿no? Así que necesitamos 20. Somos 40, que nos vamos muriendo... A mí ya me queda poco.

¿Qué opina de las protestas ciudadanas, usted que participa en política a través de UPyD?

No hay modo de participar en política si no es en partidos institucionalizados. El 15-M está muy bien, pero si se integran. Está bien expresar el desencanto pero con eso solo no se forma un banco de ira y no produce efectos políticos. Y se queda como una especie de anhelo del corazón. Y un anhelo no basta. Hay que pasar por la mediación de la realidad y eso es complicado.

¿Qué futuro le augura a su partido?

Tenemos cinco diputados ya y ahora hay bastante afluencia por el cansancio existente de los dos grandes partidos. Puede que lleguemos a 15, en cuyo caso sería un grupo de presión importante. UPyD dice cosas muy sanas y es conveniente que haya un Pepito Grillo para el Gobierno. Y Rosa Díez se encarga de eso.

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