Prisión para los dos etarras detenidos en Guipúzcoa por cometer cuatro atentados en 2002

  • Jon Lizarribar Lasarte y Rubén Gelbentzu González fuero arrestados el martes.
  • Su comando cometió 4 atentados con bomba que no causaron víctimas mortales.
Fotografías facilitadas por el Ministerio del Interior de Jon Lizarribar Lasarte (d)de 36 años, y Rubén Gelbentzu González.
Fotografías facilitadas por el Ministerio del Interior de Jon Lizarribar Lasarte (d)de 36 años, y Rubén Gelbentzu González.
EFE
Fotografías facilitadas por el Ministerio del Interior de Jon Lizarribar Lasarte (d)de 36 años, y Rubén Gelbentzu González.

El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno ha decretado prisión incondicional para los dos presuntos etarras detenidos el martes en Guipúzcoa por integrar en 2002 un comando que cometió cuatro atentados con bomba que no causaron víctimas mortales pero hirieron a seis personas.

En los autos de prisión, Moreno imputa a los dos presuntos integrantes del comando 'Izarbeltz' (estrella negra) de ETA, Jon Lizarribar Lasarte y Rubén Gelbentzu González, los delitos de pertenencia a banda armada, cuatro delitos de estragos y seis de asesinato terrorista en grado de tentativa.

El juez les atribuye cuatro atentados cometidos en 2002: la colocación de un coche bomba en el campus de la Universidad de Navarra; el atentado con coche bomba en un aparcamiento de El Corte Inglés de Zaragoza, y la colocación de sendas bombas contra la empresa Ultracongelados Virto de Azagra (Navarra) y la compañía Uvesa de la localidad navarra de Arguedas.

Según relata Moreno en los dos autos, la identificación de estos presuntos etarras como autores de estos cuatro atentados ha sido posible gracias a las diferentes investigaciones que realiza el Servicio de Información de la Guardia Civil en coordinación con la Fiscalía de la Audiencia Nacional "para tratar de esclarecer atentados cometidos por la banda terrorista ETA, cuya autoría se desconoce".

Fruto del estudio de numerosos documentos intervenidos a exdirigentes etarras como Juan Antonio Olarra Guridi, los investigadores han descubierto una estructura terrorista denominada 'Basajuan', que lideraría, entre otros, una mujer y "que sería responsable de diversos atentados que se encuentran sin esclarecer". 'Basajuan' fue creada en 2002 a raíz de una reorganización interna del aparato militar de ETA para, desde un escalón jerárquico superior como comando ilegal, coordinar una subestructura de cuatro comandos legales.

Dos de ellos perpetraron atentados: 'Izarbeltz' o 'Los dos' —al que solo pertenecían los dos detenidos— y 'Los Finolis' o 'Ezkaurre', y otros dos se encontraban en proceso de formación y no operativos: 'El  nuevo o El Muy Nuevo' y 'El equipo de Rugby'.

En uno de los documentos analizados, Carta Firmada por BS, aparece una mención a 'Izarbeltz' que "permite establecer una serie de correspondencias entre diversos atentados cometidos por la banda terrorista ETA en el año 2002". Además, del estudio del documento titulado Organización del aparato militar, "se extraen las codificaciones de dos individuos, Izarbeltz 1 e Izarbeltz 2, las cuales se corresponden con Jon Lizarribar y Rubén Guelbentzu", en consonancia con las conclusiones a las que llegó la Policía Nacional, que quedaron reflejadas en un auto del juez Baltasar Garzón en 2005, destaca Moreno.

Por todo ello, la Guardia Civil deduce que Lizarribar es Izarbeltz 1 y Guelbentzu es Izarbeltz 2, quienes "serían efectivamente los miembros" del citado comando "y por lo tanto autores materiales de los atentados ya señalados".

Respecto al atentado contra El Corte Inglés de Zaragoza, la carta atribuida a 'Basajuan' "ofrece datos muy precisos" como la ubicación del coche bomba utilizado en el atentado, perpetrado el 21 de junio de 2002, día en que se inició la Cumbre del Consejo Europeo de Sevilla, al que hace referencia la misiva al afirmar: "El tema de la cumbre quedó muy bien". En otro documento de 'Basajuan' se explica con fotografías y planos la ejecución del atentado contra la Universidad de Navarra y en la citada carta firmada por BS se hace una autocrítica por el resultado fallido de esta acción que casi no causó desperfectos para la gran cantidad de explosivo utilizado.

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