La sección segunda de la Audiencia de Castellón ha confirmado el archivo de la causa abierta en los juzgados de Nules por la muerte de cuatro personas de una misma familia, el 20 de noviembre de 2011, al arrastar una tromba de agua el vehículo en el que intentaban atravesar un río en Onda, en el camino que discurre entre el barrio Tosalet y el cementerio. Los fallecidos eran una mujer, su hijo de seis años y los abuelos maternos del niño.

La familia de los fallecidos y la aseguradora había presentado un recurso contra la decisión del juzgado de archivar la causa ya que argumentaban que, con los preavisos de gota fría, era "incomprensible" que el camino no estuviese cortado con vallas cuando fue a cruzarlo la conductora, que se vio ante una "trampa mortal". Asimismo, resaltaban que no hubiera señal de peligro.

En el primer caso, los familiares pedían que se pidiera a las estaciones de meteorología informes sobre las cantidades de agua registradas cada día entre el 18 y el 20 de noviembre y los preavisos de emergencia que se hubiera dado.

Igualmente reclamaba que el Ayuntamiento de Onda informara del nombre del concejal encargado de seguridad ciudadana en esa fecha; el encargado de la señalizar los caminos y carreteras y el de la persona que hubiera ordenado la colocación de las señales de peligro de lluvias en el lugar donde ocurrió el accidente con posterioridad al siniestro, en ambos sentidos de la circulación y antes de cruzar el río, entre otras cuestiones.

Por parte del seguro, se pedía que se practicaran diligencias de investigación de los hechos para depurar "posibles responsabilidades por parte de todas y cada una de las personas que pudieren haber tenido una intervención activa y tomado las adecuadas y oportunas medidas de seguridad para evitar" los hechos y la práctica de pruebas que pudieran resultar necesarias para esclarecer el accidente.

Declaraciones de testigos

Sin embargo, la sala ha rechazado los recursos por las declaraciones realizadas por dos testigos ante la Guardia Civil, que hacen, a su juicio, que se deba excluir una responsabilidad penal por omisión negligente por parte de las personas con competencia en la señalización y seguridad del camino.

Así, sostiene que, de estas declaraciones, se desprende que la conductora del vehículo "se aventuró" a cruzar el pasador del río cuando el nivel de las aguas lo superaba y bajaban con fuerza. De hecho, uno de ellos declaró que vio el vehículo parado sobre el pasador y que la conductora le pidió ayuda, y aunque él se metió en el agua no pudo hacer nada por la fuerza de la corriente.

Lo mismo sucedió con el resto de personas que acudieron al auxilio y la Policía Local y otros efectivos, que no se pudieron acercar al coche por la fuerza del agua, y que fue arrastrado hasta quedar totalmente tapado.