Los dos hombres habían conseguido entrar al banco poniendo en práctica lo que se denomina el método del butrón. Así, durante la noche del pasado domingo, hicieron un agujero en la pared de un local anexo que está en obras y que también es propiedad de la entidad financiera.

Según el relato de la Policía, los encapuchados esperaron a que los empleados desconectaran las alarmas para colarse al interior de la oficina. Posteriormente y pistola en mano, los encañonaron, les pidieron el dinero y obligaron a abrir la caja fuerte.

Diez minutos después (lo que tarda el mecanismo de retardo de seguridad de la caja en actuar) huyeron del banco por el mismo agujero por el que entraron, pero con algo más de dinero encima: un botín que ya estará muy lejos de Marbella.