Sentado bajo una de sus obras que ha tardado treinta años en tener el tamaño deseado por el autor, el pintor riojano Carmelo Hernando confesaba hoy, y arriesgándose a un aire "pedante": "en términos humanistas, me siento pessoano" (del escritor Fernando Pessoa).

Hernando expone desde hoy, y hasta el 17 de agosto, "una panorámica de su obra", tal y como ha señalado el director general de Cultura, Jose Luis Pérez Pastor. Son 41 años desde que creara, a carboncillo, 'Dibujo de examen', obra gracias a la que entró en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.

Junto a ésta, 'Todo el siglo XIX, a la manera de Ernst', fotomontaje (de 131x 39,9 centímetros) y que, gracias a esta exposición, ha alcanzado, treinta años después de nacer, el tamaño deseado por el autor.

'Un canon paradójico, blanquinegro, colorido, hogareño, cronometrado, horrorizado, cerebral, infantil, mecánico, agradecido, español, jarrero y animal' es el título de la muestra.

En ella, el lenguaje es el matiz determinante; así, en un inicio su título era 'Un canon', pero no 'El canon', tal y como le hizo constatar Pérez Pastor en su primera conversación para gestar la muestra. Después, el autor decidió sumarle trece palabras.

Hernando (Haro, 1954) comenzó en la década de los setenta a producir una obra de lo más variada: revistas, discos, cuadros, postales, fotomontajes, libros, marionetas, objetos documentales...

A lo largo de su trayectoria se ha servido de múltiples soportes y medios para canalizar su arte. Fue en 2006 cuando inició lo que él denomina obra reciente, y lo hace en dos frentes: el virtual, creando una web, y el físico, con el óleo.

Es esta última fase en la que se refleja como un artista "más tranquilo". "Tardo una hora en hacer un centímetro cuadrado", ha confesado hoy en la rueda de prensa de presentación de la muestra lanzando, además, un titular a los periodistas como él dice que nos "gusta".

"Me he hecho más maduro", ha dicho, porque "merece la pena trabajar concienzudamente". Un estilo que podrá verse en una exposición que, tal y como ha indicado Pérez Pastor, va "de la aparente frialdad del pop a la aparente denuncia del punk".