Ingenieros cifran en 250 euros el coste de certificado energético de inmueble obligado para venta o alquiler

Los ingenieros industriales, en tanto que técnicos competentes autorizados, han cifrado en torno a 250 euros el coste del certificado energético que desde este sábado día 1 será obligatorio para vender o alquilar un inmueble en virtud del Real Decreto 235/2013, y que tendrá una validez de diez años.

Los ingenieros industriales, en tanto que técnicos competentes autorizados, han cifrado en torno a 250 euros el coste del certificado energético que desde este sábado día 1 será obligatorio para vender o alquilar un inmueble en virtud del Real Decreto 235/2013, y que tendrá una validez de diez años.

Así lo ha comunicado en una nota el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Andalucía Occidental, que ha aclarado, no obstante, que "no habrá tarifas preestablecidas" y cada profesional autorizado para expedir el certificado podrá "ofrecer libremente" su presupuesto.

Según ha indicado el Colegio de Ingenieros, carecer de este certificado estará penado con sanciones de "hasta 600.000 euros en función de la gravedad", que podrían recaer también sobre las inmobiliarias y no sólo sobre los propietarios, que tendrán que renovar o actualizar este documento "conforme a lo que establezca el órgano competente de la comunidad autónoma".

No obstante, quedan exentos de la obligación de contar con este certificado los edificios y monumentos protegidos oficialmente, los lugares exclusivos de culto o actividades religiosas, las construcciones provisionales —para uso previsto igual o menor a dos años—, las partes no residenciales de edificios industriales, de la defensa y agrícolas, los edificios aislados con menos de 50 metros cuadrados útiles y edificios con un uso menor de cuatro meses al año.

El certificado de eficiencia energética, al igual que el de los electrodomésticos, es un documento que incluye la calificación de la eficiencia energética y el consumo de un edificio o parte de éste, información del procedimiento, descripción de las características energéticas y recomendaciones de mejora visibles.

Etiquetas para medir la calidad de la vivienda

El objetivo de este documento, que, según los ingenieros, permitirá detectar dónde se producen "gastos innecesarios", es determinar la calidad de la vivienda desde un punto de vista energético a través de una etiqueta que los clasificará desde la 'A' (favorable) a la 'G' (desfavorable).

Sin embargo, los ingenieros han advertido de que algunos expertos han señalado que la norma "prioriza criterios ambientales sobre los económicos", de modo que "una casa perfectamente aislada que se caliente con un único radiador eléctrico fácilmente obtendrá una pésima nota ('G') sin tener en cuenta que el gasto en calefacción para su dueño es mínimo".

Para certificar una vivienda, los ingenieros industriales se fijarán en las características constructivas de la envolvente, dando "especial importancia" a los materiales de aislamientos de muros, cubiertas, huecos y suelos.

Además, estudiarán también las dimensiones del edificio y la eficiencia de las instalaciones térmicas —agua caliente y calefacción—, y, una vez recogidos todos los datos, clasificarán el inmueble de la 'A' a la 'G', así como asesorarán a los propietarios sobre las reformas que voluntariamente podrían realizar para mejorar su calificación.

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