Una inspección de la Generalitat recomendó al geriátrico de Olot cerrar la enfermería con llave

Compañeras del celador dicen que "cogió el rol" de arreglar a los ancianos fallecidos
Celador de Olot
Celador de Olot
EUROPA PRESS
Celador de Olot

Una inspección del Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat recomendó al geriátrico La Caritat de Olot (Girona) que tuviera cerrada con llave la enfermería y el armario de los medicamentos en marzo de 2010, ya que según la normativa vigente este espacio debe estar cerrado "para evitar el acceso de residentes o visitantes".

Así lo han explicado dos inspectoras en su declaración este jueves en el Palacio de Justicia de Girona ante el tribunal popular que está juzgando al celador de Olot, Joan Vila, acusado de once asesinatos cometidos entre agosto de 2009 y octubre de 2010.

La inspectora que estuvo en marzo de 2010 en el centro ha explicado que la puerta y el armario de medicamentos de la enfermería tienen que estar siempre cerrados para evitar cualquier problema —con residentes y visitantes— y que cada centro decide quién puede tener acceso a la sala.

Cuando la inspección detectó este problema se dio un "plazo inmediato" al centro para cerrar la enfermería y así lo hizo; de no haberlo solucionado hubieran incurrido en una infracción muy grave, ha contado la inspectora.

"Lo que recalqué es que la habitación de la medicación tenía que estar cerrada y vi que el armario también estaba abierto, con la llave puesta en el cerrojo. Todo el mundo podía entrar y acceder", ha añadido.

El Departamento hizo una segunda inspección cuando se detectó la primera muerte extraña, y en esta ocasión la inspectora que realizó la visita ha contado que el sitio donde se guardaban los productos de limpieza tampoco estaba cerrado.

"La normativa no especifica que tenga que estarlo, pero en una residencia hay que vigilar por la seguridad de los usuarios", ha manifestado.

En esta visita también se detectó otra incidencia: que no se hacía registro de la administración de la medicación, aunque sí de la prescripción y preparación.

Según la normativa, tiene que haber una correcta administración y organización de la medicación, ha apuntado la segunda inspectora.

"Los cuidadores tienen que poder acceder a la medicación si hay una prescripción previa, pero lo que no se puede hacer es que den libremente la medicación que quieran o puedan acceder a ella", ha asegurado.

Ésta también comprobó que el espacio de los medicamentos estuviera cerrado con llave, aunque ha comentado que el sitio donde se guardaba esa llave "era de fácil acceso para todo el personal del centro".

De hecho, como ya han hecho otras trabajadoras del geriátrico en sus declaraciones, una enfermera ha corroborado la impresión de las inspectoras: "Todo el personal sabía donde estaba la llave y los cuidadores no tenían restricciones para entrar en la enfermería".

Arreglar a los fallecidos

Durante la sesión de este jueves por la mañana han seguido declarando diferentes compañeras de trabajo de Vila, y dos cuidadoras han contado que el celador "cogió el rol" de arreglar a los ancianos que habían muerto, incluso antes de que llegara la doctora a certificar la muerte o la funeraria.

"Si estaba él siempre se ocupaba de arreglar a los muertos", ha añadido otra cuidadora en su declaración.

Esta misma cuidadora ha comentado que, después de la última muerte —la que sirvió para destapar el caso— y cuando ya se sabía que la víctima había ingerido algún producto que le había quemado el esófago, Vila manifestó: "Cómo haya tomado algo, le va a caer una buena a La Caritat".

De hecho, esta cuidadora bromeó con el celador y le dijo que parecía que fuera él quien matara a los ancianos ya que todos fallecían en su turno, a lo que él contestó: "Con el trabajo que da vestirlos y cargarlos".

Finalmente, una enfermera con la que Vila había tenido algún roce ha contado que algunas de las muertes le sorprendieron porque los pacientes estaban bien y empeoraban muy rápido.

También ha detallado que, en alguna ocasión, el celador le recriminaba que pasaba demasiadas horas en el trabajo.

"Me decía que mis compañeras se iban antes que yo, a lo que yo le contestaba que si había alguna incidencia con algún interno no podía irme", ha expuesto la enfermera.

El juicio contra el celador de Olot continuará esta tarde con la declaración de los Mossos d'Esquadra que participaron en la investigación de los crímenes.

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