La UE cierra un acuerdo para reformar la política pesquera y acabar con los descartes a largo plazo

Bruselas pide un presupuesto "a la altura" para "ayudar" al sector a ajustarse a los cambios

La Unión Europea ha logrado en la madrugada de este jueves un acuerdo político para reformar la política pesquera comunitaria (PPC) y acabar a largo plazo con la práctica de los descartes, aunque con excepciones. El nuevo modelo pactado entre la Eurocámara, los 27 y Bruselas supone un cambio "radical", pero también "viable y realista", según el ministros irlandés de Pesca, Simon Coveney, responsable de coordinar las negociaciones.

Uno de los elementos clave de esta reforma es poner fin a la práctica de devolver al mar la pesca, ya muerta, que no interesa a la flota por su escaso valor comercial o por las dificultades para conservarla en alta mar. La comisaria de Pesca, Maria Damanaki, con el respaldo de los ecologistas, intentó inicialmente que se vetaran estos descartes de manera total e inmediata, pero finalmente se permitirá un margen mínimo que se reducirá de manera progresiva del siete al cinco por ciento.

Este porcentaje mínimo responde a las exigencias de países como España y Francia, que pidieron flexibilidad, y mantiene las cifras que consensuaron los Estados miembros a mediados de este mes, tras revisar a la baja su nueve por ciento inicial y acercarse al tres por ciento que pedía la Eurocámara.

El texto que han cerrado las instituciones esta madrugada, tras meses de intensas negociaciones, recoge a grandes rasgos la posición de los Veintisiete, también al limitar el objetivo de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) en 2015 "cuando sea posible" y en 2020, en todos los casos.

La representante del Parlamento en las negociaciones, la socialista alemana, Ulrike Rodust, ha admitido que han "cedido" y aceptado una "modulación", aunque el acuerdo final atiende a su petición de que los niveles de biomasa de los stocks sean tenidos en cuenta junto al factor de la mortalidad a la hora de calcular el RMS.

Rodust también se ha referido al margen de descartes que se seguirá permitiendo para aclarar que la Eurocámara "ha dejado bien claro que se trata de una excepción", que se aplicará en casos probados de que hay daño económico o social a la comunidad y que requerirá "el permiso de la Comisión".

Los eurodiputados, además, han pedido que el reparto de posibilidades de pesca entre los Estados miembro tenga bien en cuenta a la flota artesanal, "porque creemos que es la que más empleos crea y la que pesca de manera sostenible".

Mayor transparencia y control,

Mismas normas en el exterior

A cambio de estas cesiones, los eurodiputados consiguen concesiones para reforzar la transparencia y las medidas de control para garantizar que la flota europea cumple todos los compromisos, también cuando faenen en aguas de terceros países como Marruecos o Mauritania. "Se ha mejorado el lenguaje", ha justificado el ministro Coveney, para afirmar que habrá una mejor vigilancia y control de las normas.

Damanaki ha destacado esa dimensión exterior de la reforma porque obliga a que todos los regímenes pesqueros que negocie de ahora en adelante la UE con terceros países deban cumplir la legalidad del Derecho Internacional, lo que implica que ganen peso en las disposiciones cuestiones como el respeto de los Derechos Humanos.

Presupuesto suficiente

La comisaria ha defendido este acuerdo como un "paso histórico" porque modifica drásticamente la forma de pescar de los europeos y porque ofrece una nueva política "abierta y flexible para el futuro".

"Toca ahora ponerla en práctica, debemos redoblar esfuerzos y ayudar a nuestro sector a ajustarse a los cambios. Espero que tengamos un presupuesto que esté a la altura", ha advertido Damanaki.

Coveney, por su parte, ha dicho que la reforma es "un nuevo modelo para los próximos diez años, que es radical y aplicable, y que protegerá a las comunidades pesqueras y garantizará a las generaciones futuras que habrá peces que pescar". "Los ecologistas, hoy, pueden estar felices", ha celebrado.

En todo caso, el consenso de la madrugada de este jueves deja aún "algunos aspectos técnicos pendientes", según ha señalado el ministro irlandés, que serán pulidos en las próximas semanas. Estos trabajos y la trasposición en un texto oficial lo convenido retrasará aún unas semanas, quizá hasta julio, la ratificación formal necesaria por parte del Consejo y de la Eurocámara.

Aplaudido por todos los grupos

La eurodiputada del Partido Popular Carmen Fraga, que ha tomado parte en las negociaciones, se ha mostrado satisfecha por el sector pesquero, del que considera que "ha vivido en la angustia de verse obligado a tener que cumplir una norma en condiciones imposibles". Sin embargo, ha criticado a la comisaria por sus declaraciones sobre la dimensión exterior de la reforma y ha lamentado que Damanaki "no vive en la realidad".

Los socialistas españoles han destacado que los cambios "mejoran sensiblemente el marco actual", aunque declaran que hubieran preferido "ir más allá" en la flexibilización de algunos elementos, como los descartes, según ha explicado el eurodiputado Antolín Sánchez Presedo.

"Poder aprovechar todas las capturas reguladas contribuirá al abaratamiento de los costes de producción, a una pesca más respetuosa con el medio y a flexibilizar, por primera vez, la rigidez del principio de estabilidad relativa", ha añadido el socialista.

El consenso final ha satisfecho igualmente a los ecologistas, que ven en la reforma una oportunidad para "revisar a fondo" la PPC y corregir "disfuncionalidades" actuales, aunque no evita "importantes lagunas" que han permitido a los gobiernos introducir excepciones a los descartes. Con todo, Los Verdes en la Eurocámara han logrado imponer algunas de sus propuestas "estrella" como, por ejemplo, que "tengan acceso prioritario a los recursos quienes pesquen con criterios de mayor sostenibilidad y responsabilidad social, y que contribuyan más a las comunidades costeras", ha explicado el vicepresidente del grupo, Raül Romeva (ICV).

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