La Conselleria de Educación, Cultura y Deporte de la Generalitat Valenciana ha abierto hasta el momento un total de 80 expedientes a guarderías que no cumplen los requisitos exigidos por la normativa, han informado fuentes de este departamento, que apuntan que actualmente se está siguiendo el proceso administrativo.

Desde el departamento de Campanar han explicado a Europa Press que ninguno de estos centros de atención infantil —que han sido detectados a raíz de las denuncias recibidas— recibe el cheque guardería, que supone un ahorro para cada familia, ya que la administración destina cerca de 30 millones a este concepto.

Las mismas fuentes detallan que son cerca de 700 las guarderías que están autorizadas que se benefician de estas ayudas.

Por su parte, la Asociación de Centros de Educación Privados de la Comunidad de Valencia (ACADE-Adeiv) ha hecho público este jueves un comunicado en el que estima que "el 80% de los centros que matriculan en Alicante a niños de 0 a 3 años, y más del 50% en Valencia y Castellón, son ilegales y no cumplen la normativa de la Conselleria de Educación".

El colectivo —que remitió un listado con estos centros 'ilegales' a la Conselleria— comenta que, tras el requerimiento enviado por Educación a estas instalaciones para que legalizasen su situación, "ahora son los Ayuntamientos quienes deben velar por este cumplimiento", aunque la presidenta de Adeiv, Carmen Bardal, afirma que "no están haciendo absolutamente nada".

"Hacen la vista gorda, siguen permitiendo que estos centros ilegales campen a sus anchas y matriculen niños en condiciones muy perjudiciales tanto para su salud como para su desarrollo intelectual y social. Todo ello, en muchos casos, con total desconocimiento de sus padres", reprocha.

La entidad advierte de que la situación "puede llegar a ser dramática", puesto que "estos centros no cumplen con ninguna de las normativas exigidas por la Conselleria de Educación tanto en materia educativa, como de titulación del profesorado, instalaciones, seguridad y protección, ni sanitaria y alimentaria". "La cuestión —apuntan— es si los padres saben dónde dejan a sus hijos, o por el contrario, actúan por desconocimiento de lo que deben exigir a una escuela infantil cuando los matriculan".

En la misma línea, aseveran que "la mayoría de estos establecimientos son completamente ilegales, aunque algunos cuentan con licencia municipal de apertura como ludotecas o centros de ocio infantil, pero no con la autorización de la Consellería para ejercer como escuela infantil".

"ESTAFA"

Además, "la normativa municipal que los rige prohíbe, expresamente, que puedan acoger a los niños durante el tiempo que dura la jornada escolar, ni ejercer las funciones educativas, formativas, de cuidado y custodia, que corresponden a los centros de educación infantil autorizados". La misma ley les impide, también, que puedan cobrar matrículas ni mensualidades a los padres y, "al hacerlo, están incurriendo en una estafa a un gran número de familias de la comunidad valenciana", denuncian.

"Constituye un hecho escandaloso que haya ayuntamientos que actúen con tanto desprecio e impunidad por la seguridad y la enseñanza de los más pequeños; supone un ataque y un menosprecio total hacia el derecho a la educación de esta etapa de la infancia que es la más vulnerable y tendría que estar amparada por los profesionales más cualificados", afirma, por su parte, presidente de Adeiv-Alicante, Ramiro López.

"En el supuesto de que ocurriese alguna desgracia, los ayuntamientos serían responsables subsidiarios al permitir la apertura y el ejercicio de una actividad ilegal en sus municipios, agravada, además, porque el objeto de su actividad es la infancia", añade.

"Consciente de que esta circunstancia constituye "un engaño a los padres", ACADE ha delegado en la Fundación Europea Educación y Libertad (FUNDEL) la realización de una campaña informativa y de asesoramiento a las familias.

En definitiva, para ACADE-Adeiv "está en juego la defensa y el futuro de una parte inocente e indefensa de la sociedad de toda Comunitat Valenciana", concluye Carmen Bardal.