El ruido martiriza a uno de cada cuatro madrileños

Sirenas, coches, gritos, peleas; eso es lo que tienen que aguantar –especialmente durante el fin de semana– el 25% de los madrileños que viven en la capital.

Así lo revela un estudio realizado por la consultora de Medio Ambiente Atisae para el Ayuntamiento de Madrid.

El informe, presentado ayer, manifiesta que uno de cada cuatro madrileños cree que su barrio es ruidoso o muy ruidoso.

La polución acústica

  • Las motos, lo que más molesta: El ruido de las motos irrita al 62% de los vecinos. Le sigue el de los coches (58%), bocinas y sirenas (42%), recogida de basuras (38%), vehículos de reparto (36%), obras (34%), gente (22%), animales (18%) y bares y discotecas (17%).
  • Centro, el más ruidoso: El 57% de los vecinos de Centro consideran su distrito muy ruidoso, seguido de Fuencarral (38%) y Usera (35%). Por el contrario, sólo se quejan del ruido el 5% de los de Hortaleza, el 10% de Vicálvaro y el 15% de Moratalaz.
  • Mucho tráfico: El ruido de coches afecta al 80% de los madrileños de Fuencarral, al 65% de los de Usera y al 59% de Centro.
  • Bullicio de bar: El escándalo de los bares crispa al 43% de la población de Centro, al 36% de la de Usera y al 22% de la de Puente de Vallecas.
  • Sin poder dormir: Al 35% le impiden iniciar el sueño y al 32% no le dejan leer o estudiar.
  • Viernes noche: Es el día más molesto (42%). Los domingos (25%), los que menos.

El verano, la época más dura

  • Más en verano: El 52% consideran que el verano es la época del año más ruidosa, por delante de la primavera (14%), del invierno (15%) y del otoño (14%).
  • Impasibles: El 45% de los afectados no hacen nada para protegerse del ruido ambiental. El 35% cierran las ventanas y el 17% ponen contraventanas en su vivienda.
  • Costoso: Acondicionar un establecimiento normal cuesta 200 euros/m2 mientras que aislar un bar de copas o una discoteca oscila entre los 300 y 400 euros/m2.
  • Preocupación: El ruido representa la segunda preocupación de los residentes en la capital, por detrás de la seguridad.

Vecinos, empresarios y clientes, cara a cara

  • Julio Velasco: 42 años, dueño de discoteca.

Tiene una sala de conciertos en la zona del 2 de Mayo y "está totalmente insonorizada".

"El problema se produce en la puerta de los bares cuando la gente se arremolina en torno a las colas y al salir de los locales".

Velasco asegura que el problema se agrava en verano: "los vecinos abren las ventanas y los clientes, con el buen tiempo, se quedan más tiempo en la calle".

  • Frederic Fabre: 32 años, sale por la noche.

A este francés le gusta ir "la discotecas de moda de la capital" y asegura que "no hace ruido en la calle".

No obstante, reconoce que "a veces, cuando hacemos fiestas de cumpleaños en casa de algún amigo, vienen los vecinos a decirnos que bajemos la música o que hablemos más bajo".

Aun así, afirma que sólo "estamos de fiesta en casas hasta las doce de la noche o la una de la mañana".

  • Felipe Garrido: 50 años, vecino de Chueca.

Vive en la calle Augusto Figueroa y asegura que el "ruido por la noche es constante", lo que considera una "falta de respeto, aunque ya estoy acostumbrado".

"Empiezo a notar el ruido a las cuatro de la mañana y suele ser ruido de gente que se traslada a las discotecas de la zona".

Además, dice que por la mañana "hay restos de orines, bebidas y la calle se queda hecha un asco".

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